Profeta del FinEl Don de Profecía Hemos visto que las mayores organizaciones espiritistas del mundo hoy, encuentran su resurgimiento moderno en una pequeña choza en el Estado de Nueva York en 1848. El mismo año, las mayores organizaciones ateas del mundo, el comunismo, también comenzaron a surgir. Porque en ese año Karl Marx en coautoría con Friedrich Engels produjeron el libro "Manifiesto Comunista", en un pequeño cuarto en Bruselas, Bélgica. Los fieles cristianos reconocen que los seguidores de esos dos grupos, el espiritismo y el ateismo, sirven al mismo maestro. Y once años más tarde, la mayor religión que se opone a Dios, de los tiempos modernos, vino a la existencia: Carlos Darwin escribió su libro "El Origen de las Especies". Hay una razón por la cual estas tres organizaciones comenzaron casi al mismo tiempo. Los pensadores de hoy reconocen que estamos al borde una gran crisis, la cual puede ser el fin del mundo. Estudiantes cuidadosos de las Escrituras, hace más de un siglo y medio atrás, descubrieron la misma verdad. Ciertas profecías bíblicas revelaban que nuestro planeta estaba cercano a su fin. Pero lo que muchos no sabían era que Dios iba a enviar un profeta para darle una guía a Su pueblo en estos ajetreados días finales, antes que viniese el clímax final de todos los tiempos. Pero Satanás lo sabía, y comenzó a levantar a los falsos profetas luego después de aquello. Ya que la primera visión del verdadero profeta vino en el año 1844. Llegaron un par de mellizas en el hogar de Robert y Eunice Harmon el 26 de Noviembre de 1827. Se llamaron Ellen y Elizabeth. El pequeño campo estaba cerca de la villa de Gorham, Maine, cerca de 8 Km al Oeste de Portland, Maine, en la parte Noreste de los Estados Unidos. Durante su niñez, la activa y ayudadora Ellen trató alegremente de ayudar en el hogar. Ella era despierta y alerta, pero a la edad de nueve años, mientras volvía de la escuela a su casa, fue herida por una piedra que le arrojó una compañera de clases. El accidente, que casi le costó la vida. Detuvo su formación escolar, que hasta entonces apenas llegaba al tercer año básico. Se esperaba que muriera pronto. En el año 1840, a la edad de 12 años, Ellen le dio su corazón a Dios. Bajo su insistencia, fue bautizada ese mismo día en las espumosas olas del Océano Atlántico. Durante los siguientes años, ella encontró suficiente fuerza como para tejer medias, las cuales eran vendidas, para así poder ayudar a los misioneros. Sus padres, ambos fieles cristianos, estaban agradecidos de que ella pudiera estar tan ocupada, porque ellos sabían que no viviría mucho tiempo más. Pero había una cosa que ella no podía hacer por sí misma para el Señor, y eso era testimoniar públicamente de su fe cuando oraba ante los demás. Aun cuando sentía que no podía hacerlo, se resistió a trabajar durante varias semanas. He aquí como ella describe lo que sucedió después: "Regresé a casa y volví a orar al Señor, a quien le prometí que haría y sufriría cualquier cosa con tal de que el Señor Jesús me sonriese. Se me presentó el mismo deber. Iba a realizarse esa noche una reunión de oración y asistí a ella. Cuando otras personas se arrodillaron para orar, me postré con ellas temblando, y después que dos o tres hubieron orado, abrí la boca en oración antes que me diera cuenta de ello, y las promesas de Dios me parecieron otras tantas perlas preciosas que se recibían con sólo pedirlas. Mientras oraba, me abandonaron la carga y la agonía que durante tanto tiempo me habían oprimido, y la bendición de Dios descendió sobre mi como suave rocío. Di gloria a Dios por lo que sentía, pero deseaba más. Sólo la plenitud de Dios podía satisfacerme. Llenaba mi alma un amor inefable hacía el Señor Jesús... Todo tenía aspecto glorioso y nuevo, como si sonriese y alabase a Dios. Estaba yo, entonces dispuesta a confesar en todas partes al Señor Jesús". Ellen tomó las cosas espirituales muy en serio. Liberada de sus miedos de hablar, y ansiosa al saber que sus preocupaciones juveniles podían ser conocidas por el Señor, ella inmediatamente comenzó a orar y a suplicarle individualmente. "Hice planes para realizar reuniones con mis jóvenes amigas, algunas de las cuales eran considerablemente mayores que yo, y unas pocas eran personas casadas. Algunas de ellas eran vanas y frívolas; mi experiencia les sonaba como un cuento ocioso, y no prestaban oído a mis ruegos. Pero yo resolví que mis esfuerzos no cesarían nunca hasta que estas amadas almas por las cuales tenía un interés tan grande, se entregaran a Dios. Varias noches enteras las pasé en fervorosa, oración por aquellas personas a quienes había buscado y reunido con el propósito de trabajar y orar con ellas. "Algunas de éstas se habían unido a nosotras por la curiosidad de escuchar lo que yo tenía que decir; otras pensaron que yo estaba fuera de mí al ser tan persistente en mis esfuerzos, especialmente cuando no manifestaron preocupación alguna de su parte. Pero continué exhortando a cada una de las que concurrían a nuestras pequeñas reuniones, y orando con cada una por separado, hasta que todas se hubieron entregado a Jesús, reconociendo los méritos de su amor perdonador. Cada una se convirtió a Dios. "Noche tras noche, en mis sueños, me parecía estar trabajando por la salvación de las almas. En tales ocasiones se presentaban a mi mente casos especiales; después trataba de buscar a estas personas y orar con ellas. En todos los casos, salvo en uno, estas personas se entregaron al Señor". Una mañana a fines de Diciembre de 1844, Ellen Harmon fue al hogar de un creyente en South Portland, Maine. Allí, juntamente con cuatro damas cristianas, ella se inclinó en oración para que esas almas fuesen ayudadas a conocer mejor a Jesús. Pobre Ellen: tan frágil, tan débil físicamente. Pero el Dios del Cielo ama a Sus pequeños. Cuando usted y yo vamos a Él, Él nos aceptará en nuestra gran debilidad y nos usará para hacer la obra que nos ha asignado. "Mientras estaban todas arrodilladas en oración, Ellen fue tomada en visión. Fue la primera visión. Aquí está su relato referente a una parte de esa visión. No era una exposición a respecto del movimiento de las estrellas o un llamado a adorar a los demonios; era una descripción de la profunda experiencia cristiana que todos nosotros necesitamos para poder despejar los días oscuros que están por delante. Y también fue una visión sobre eventos futuros: "Mientras estaba orando ante el altar de la familia, el Espíritu Santo descendió sobre mí, y me pareció que me elevaba más y más, muy por encima del tenebroso mundo. Miré hacia la tierra para buscar al pueblo adventista, pero no lo hallé en parte alguna, y entonces una voz me dijo: "Vuelve a mirar un poco más arriba". Alcé los ojos y vi un sendero recto y angosto trazado muy por encima del mundo. El pueblo adventista andaba por ese sendero, en dirección a la ciudad que se veía en su último extremo. En el comienzo del sendero, detrás de los que ya andaban, había una brillante luz, que, según me dijo un ángel, era el "clamor de media noche". Esta luz brillaba a todo lo largo del sendero, y alumbraba los pies de los caminantes para que no tropezaran. Delante de ellos iba Jesús guiándolos hacia la ciudad, y si no apartaban los ojos de él, iban seguros. Pero no tardaron algunos en cansarse, diciendo que la ciudad estaba todavía muy lejos, y que contaban con haber llegado más pronto a ella. Entonces Jesús los alentaba levantando su glorioso brazo derecho, del cual dimanaba una luz que ondeaba sobre la hueste adventista, y exclamaban: "¡Aleluya!" Otros negaron temerariamente la luz que brillaba tras ellos, diciendo que no era Dios quien los había guiado hasta allí. Pero entonces se extinguió para ellos la luz que estaba detrás y dejó sus pies en tinieblas, de modo que tropezaron y, perdiendo de vista el blanco y a Jesús, cayeron fuera del sendero abajo, en el mundo sombrío y perverso... Pronto se volvieron nuestros ojos hacia el oriente, donde había aparecido una nubecilla negra del tamaño de la mitad de la mano de un hombre, que era, según todos comprendían, la señal del Hijo del hombre. En solemne silencio, contemplábamos cómo iba acercándose la nubecilla, volviéndose cada vez más esplendorosa hasta que se convirtió en una gran nube blanca cuya parte inferior parecía fuego. Sobre la nube lucía el arco iris y en torno de ella aleteaban diez mil ángeles cantando un hermosísimo himno. En la nube estaba sentado el Hijo del hombre… "Oh, si yo supiera el idioma de Canaán ¡Entonces podría contar algo de la gloria del mundo mejor... Después de admirar la gloria del templo, salimos y Jesús nos dejó para ir a la ciudad. Pronto oímos su amable voz que decía: "Venid, pueblo mío; habéis salido de una gran tribulación y hecho mi voluntad. Sufristeis por mi. Venid a la cena, que yo me ceñiré para serviros". Nosotros exclamamos: "¡Aleluya! ¡Gloria!" y entramos en la ciudad. Vi una mesa de plata pura, de muchos kilómetros de longitud y sin embargo nuestra vista la abarcaba toda. Vi el fruto del árbol de la vida, el maná, almendras, higos, granadas, uvas y muchas otras especies de frutas. Le rogué a Jesús que me permitiese comer del fruto y respondió: "Todavía no. Quienes comen del fruto de este lugar ya no vuelven a tierra. Pero si eres fiel, no tardarás en comer del fruto del árbol de la vida y beber del agua del manantial". Y añadió: "Debes volver de nuevo a la tierra y referir a otros lo que se te ha revelado". Entonces un ángel me transportó suavemente a este oscuro mundo. A veces me parece que no puedo ya permanecer aquí; tan lóbregas me resultan todas las cosas de la tierra. Me siento muy solitaria aquí, pues he visto una tierra mejor. ¡Ojala tuviese alas de paloma! Echaría a volar para obtener descanso". Años más tarde, ella describió lo que sucedió cuando salió de esa primera visión: "Ellos pensaron que yo había muerto, y ellos miraban y lloraban y oraban, pero para mí era el cielo. Era vida, y entonces el mundo fue abierto delante de mí y vi tinieblas como un paño mortuorio. "¿Qué significaba eso? No podía ver ninguna luz. Entonces vi un pequeño destello de luz y después otro, y esas luces aumentaban y crecían en luminosidad, y se multiplicaban y se fortalecían cada vez más, hasta que eran la luz del mundo. Estos eran los creyentes en Jesucristo… "Nunca pensé que iría a volver nuevamente al mundo. Cuando mi respiración volvió nuevamente a mi cuerpo, no pude escuchar nada. Todo era oscuro. La luz y la gloria donde mis ojos habían reposado, había eclipsado la luz y así permaneció durante muchas horas. Entonces gradualmente comencé a reconocer la luz, y pregunté dónde estaba. "‘Usted está aquí en mí casa’, dijo el dueño de casa. ‘¡Qué! ¿Aquí? Yo aquí. ¿No lo sabéis? Entonces todo volvió nuevamente a mí. ¿Es este mi hogar? ¿He vuelto aquí nuevamente? Oh, cuánto peso y carga vinieron a mi alma". Ella comprendería más tarde que otras dos personas habían tenido visiones muy semejantes a las suyas. Uno fue William Foy y el otro fue Hazen Foss. Ambos eran de buena apariencia, grandes cristianos de los cuales se decía que eran grandes oradores públicos. Y ambos se rehusaron a contar sus visiones a otros. Foy más tarde le contó a Ellen que sus primeras visiones fueron las mismas que él había tenido, las cuales él recibió en 1842 y 1844. Foss tuvo una visión, dos meses antes que Ellen tuviese su primera visión, y justo después que Foy determinara finalmente no hablar más sobre esa visión. Foss dijo después que él temía el oprobio público, y se rehusó a relatar lo que había visto, aun cuando se le dijo en visión que así lo hiciera, y él había quedado profundamente convencido que tenía que hacerlo. Entonces un día él escuchó una voz: "Usted ha agraviado el Espíritu de Dios". Al oír esto, inmediatamente reunió una audiencia. Estando de pie ante la audiencia, trató de recordar la visión, pero no pudo hacerlo. Después de varias tentativas dijo llorando: "¡Se ha ido de mí; no puedo decir nada; el Espíritu del Señor me ha abandonado!". La reunión fue descrita por los que estaban presentes como "la más terrible reunión en la cual me ha tocado estar presente". Hazen Foss, fue descrito como siendo un hombre de fina apariencia, buena educación y con una excelente habilidad para hablar. Cuando se rehusó a relatar la visión que le fue dada, se le dijo que la carga le sería retirada y que sería dada al "más débil de los débiles". Dos meses más tarde, cuando Ellen recibió su primera visión, sus amigos estaban esperando que ella muriera antes de la primavera. "La señorita Harmon estaba en aquel tiempo en una condición muy crítica de salud. Durante varias semanas ni siquiera había sido capaz de hablar más allá de un susurro. Un médico había declarado que su problema era consunción hidrópica (tuberculosis complicada debido a una hidropesía). Él dijo que su pulmón derecho estaba debilitado y que el izquierdo estaba considerablemente enfermo, y que su corazón estaba afectado. Él dijo que pensaba que ella no conseguiría vivir sino muy poco tiempo más, y que podía morir en cualquier instante. Durante la noche ella conseguía descansar solo siendo colocada en la cama en una posición casi sentada. Frecuentes ataques de tos y hemorragias provenientes de los pulmones, habían reducido su fortaleza física". Una semana después de esa primera visión, ella tuvo su segunda visión: "En mi segunda visión, recibida una semana después de la primera, el Señor me dio una visión de las pruebas por las cuales yo debía pasar; y me dijo que debía ir y relatar a otros lo que él me había revelado... Se me mostró que mis labores allí provocarían gran oposición, y que mi corazón se quebrantaría de angustia, pero que la gracia de Dios sería suficiente para sostenerme todo el camino … Después que salí de esta visión estaba tremendamente preocupada, porque señalaba mi deber de salir y decirle a las personas la verdad. Mi salud era tan mala, que yo tenía constantes sufrimientos en el cuerpo, y bajo todas las apariencias, yo tenía muy poco tiempo más de vida … "Durante varios días, y hasta muy altas horas de la noche, oré para que esta carga me fuese removida, y que fuese colocada sobre alguien más capaz de llevarla. Pero el peso del deber no cambió, y las palabras del ángel resonaban continuamente en mis oídos, ‘Dales a conocer a los demás lo que te he revelado a ti’ … ¿Cómo podía yo, siendo una niña, ir de lugar en lugar, mostrándole a las personas las santas verdades de Dios? … Mi padre … repetidamente me aseguró de que si Dios me hubiese llamado para trabajar en otros lugares, Él me habría abierto el camino delante de mí". Es interesante que cuando Dios quiere encontrar a alguien que Él pueda usar para un trabajo especial, Él tiene que seleccionar al más humilde y simple, porque los más capaces son muy auto-suficientes como para ser usados. Ellen no sabía cómo ella iba a responder a este llamado, y cómo iría a viajes de un lugar a otro en su débil condición. Ella tenía muy poca fuerza, no tenía dinero, ninguna persona que la acompañara en sus viajes. Y por último, ella no conseguía hablar a no ser susurrando. Ella habló con su padre acerca de esta situación, y él le dijo que el Señor le daría fortaleza para hacer todo lo que Él le pidiera. Entonces Sara, una hermana mayor, se ofreció para acompañarla al comienzo, si es que ella tenía que viajar y relatar lo que se le había dicho que tenía que mostrarle a los demás. "Un día o dos después de esto, se aparecio en su trineo el cuñado de Ellen que vivía en un pueblo que estaba treinta millas al norte, y le dijo: ¿Quieres venir conmigo Ellen? Mary quiere que la visites. "Ellen sintió que Dios estaba abriendo el camino para que ella diese Su mensaje y que ella tenía que ir. Era pleno invierno en el Norte de Nueva Inglaterra. Cada respiración del helado aire era un dolor para sus pulmones. Pero ella se vistió convenientemente, y sentándose en el piso del trineo, se puso una pesada ropa de búfalo sobre su cabeza. Cuando llegaron, su hermana le dijo: ‘Me alegro que hayas venido; va a haber una reunión esta noche en MacGuire Hill. ¿Irás con nosotros? … "Cuando Ellen llegó al lugar de reunión (en un hogar privado), encontró una gran sala llena de personas deseosas de escucharla describir la visión. Pero cuando ella se levantó para hablar, su voz era tan débil y ronca, que mal podía ser escuchada. Durante cinco minutos ella trató de hablar, mientras sus oyentes se inclinaban hacia adelante para poder entender sus débiles palabras. "Entonces de repente, para sorpresa de todos, su voz cambió. Sonó clara como una campana. Habló durante dos horas, describiendo los viajes del pueblo de Dios hacia la Ciudad Santa, la venida de Jesús, y su hogar celestial. Muchas lágrimas fueron derramadas, pero eran lágrimas de alegría. Todos los corazones fueron alegrados. Cuando Ellen se sentó y trató de hablar con alguien que estaba a su lado, su voz era nuevamente como antes, y solo pudo susurrar. "Algunos pueden asombrarse de que Dios haya escogido a alguien tan débil para traerle Su mensaje a Su pueblo. Había una razón. Cuando las personas que allí estaban … vieron que Ellen se paró y trató de hablarles en su debilidad, y después cuando el poder de Dios vino sobre ella, capacitándola para hablar claramente, ellos entendieron que ella no estaba haciendo eso por ella misma, sino que Dios la estaba ayudando. "Esa noche cuando terminó la reunión, habían gritos de alegría: ‘¡Nos vamos a casa! ¡Nos vamos a casa!’ Algunos que vieron a los amigos de Ellen protegerla para llevarla de vuelta a su casa en el trineo, pensaron en las palabras del apóstol Pablo: ‘Dios ha elegido las cosas débiles del mundo para confundir las cosas que son poderosas; … que ninguna carne se gloríe en Su presencia’". Aquella tarde, sin que Ellen lo supiese, Hazen Foss estaba parado afuera de la puerta y escuchó lo que ella dijo. Al día siguiente él fue a la casa que ella estaba visitando y se presentó. Ella nunca lo había visto ni había escuchado algo sobre él. Él le dijo que había recibido la misma visión del Cielo que ella había recibido, pero que debido a que él se había negado a relatarla, Dios le dijo que lo había liberado de su trabajo y que se lo pasaría a otro. "Ellen … el Señor me dio un mensaje para que se lo dé al pueblo. Y yo lo rehusé después de haber sido informado de las consecuencias …Murmuré contra Dios y deseé morir … Yo la escuché hablar la noche pasada. Yo creo que las visiones me han sido quitadas, y que le han sido dadas a usted. No se rehúse a obedecerle a Dios, porque colocará en peligro su alma. Yo soy un hombre perdido. Usted ha sido elegida por Dios; sea fiel al hacer su trabajo". Y así fue como una pequeña niña, que apenas conseguía caminar hacia el trineo por sí misma, recibiría finalmente un conjunto de mensajes especiales para el pueblo que vive en estos últimos días de la historia de esta tierra. A los 17 años, esta joven mujer se estaba oponiendo a los mesmeristas (hipnotizadores), reprendía a los fanáticos, viajaba a través del Estado de Maine. A los 18 y a los 19 años le estaba contando a otros acerca de Cristo en Vermont y Massachussets. A los 22 años estaba diciendo que era necesaria una gran obra de publicaciones. A los 25 años, estaba explicándole a otros del doble de su edad, las complejidades de la estructura organizacional de un movimiento que estaba creciendo. ¿Cómo pudo esta frágil niña con solo una educación de hasta tercer año básico, hacer todo esto? Todo este trabajo no era el trabajo natural de una joven mujer. Ningún comité le pediría a una niña que tomara todas esas responsabilidades. Y ningún llamado de ningún comité podría calificar una joven para ese servicio. Pero Dios la había llamado y los hombres reconocieron ese llamado. En Febrero de 1845, un viaje de dos días en trineo, la llevó a Orrington, Maine, a 85 Km al Noreste. Mientras ella estuvo allí, conoció a un joven predicar llamado James White. Un año y medio después, ambos se casaban, el 30 de Agosto de 1846. James reconoció el don profético al cual Ellen se le había confiado, y él determinó ayudarla en su trabajo. Y así fue que la señorita Ellen Gould Harmon se convirtió en la señora Ellen Gould White. La extrema pobreza marcó el comienzo de su matrimonio. Reconociendo su gran necesidad, la familia Howland en Topsham, les ofreció una pieza gratis en su hogar. No fue sino hasta 1855 que estuvieron en condiciones de poder vivir en una casa por sí mismos. Con muebles prestados, y a menudo también la comida, ellos se dedicaron a viajar de lugar en lugar. Cuando estaban en casa, Ellen trataba de encontrar fuerzas para escribir mensajes que los demás necesitaban. ¡Pero a medida que viajaban y hablaban, más aumentaba el ánimo que le daban a los demás! Ellen les dijo que Dios no había olvidado a Su pueblo, sino que estaría con ellos hasta el fin. Y ella les describía escenas de cómo sería su hogar eterno en el cielo. Muchos que han leído sus palabras de ánimo y estas descripciones en sus libros publicados, también han sido fortalecidos para continuar con sus deberes asignados en este mundo de penurias, mientras aguardan la buena tierra que el Señor les está preparando. Aplicando las Pruebas ¿Cuáles son las pruebas de un profeta verdadero? Aquí está la prueba a través de la cual Jeane Dixon supo que su visión de la venida del "mesías" no solo era genuina, sino que además era una visión extremadamente importante: ¡crujientes ruidos dentro de lámparas! En su biografía de Jeane Dixon, Ruth Montgomery explica que Jeane Dixon sabía que muy luego recibiría una importante visión, debido a que las lámparas en el candelabro de su dormitorio comenzaron a crujir. Este ruido continuó durante tres días. En aquel tiempo, Jeane tenía certeza de que una visión de grandes consecuencias estaba a punto de serle dada. A veces las lámparas aumentaban o disminuían en intensidad, mientras los crujidos continuaban en su interior. A la tercera mañana, ella caminó hasta la ventana de su dormitorio y recibió su visión: "Saliendo de los brillantes rayos del sol, tomados de la mano, estaban el Faraón y la reina Nefertitis. En el otro brazo de la reina había un bebé, el cual con sus ropas harapientas y sucias contrastaba grandemente con las hermosísimas ropas de la pareja real. ‘Los ojos de este bebé lo sabían todo’, dijo Jeane suavemente. ‘Estaban llenos de sabiduría y conocimiento’. "Un poco a un lado de la reina Nefertitis, Jeane pudo ver una pirámide. Mientras ella miraba la entrada, la pareja avanzó hacia ella y levantaron al bebé, como si se lo estuviesen ofreciendo a todo el mundo … Ahora, rayos de luz salían del bebé, mezclándose con los del sol y obliterando al faraón de su vista … "Jeane volvió a mirar al bebé. Éste ya era ahora un hombre, y una pequeña cruz que se había formado sobre él, comenzó a expandirse hasta que llenó toda la tierra. Simultáneamente, personas de todas las razas, religiones y colores … arrodillándose y levantando sus brazos en señal de adoración, lo rodearon. Estaban todos unidos … Jeane resalta que ella sabía instintivamente que esta visión significaba que ella se había encontrado cara a cara con el "comienzo de la sabiduría’". He aquí la explicación de la profecía, tal como se le dio a Jeane Dixon: "Un niño, nacido en alguna parte del Medio Oriente no mucho después de las 7 A.M. (Hora del Este) el 5 de Febrero de 1962, revolucionará el mundo. Antes del cambio de siglo él unirá a toda la humanidad en una sola fe. Esto será la fundación de un nuevo cristianismo, con cada secta y credo unido a través de este hombre, el cual caminará entre las personas para repartir la sabiduría del Poder Todopoderoso". Jeane Dixon ha declarado que sus visiones provienen del propio Dios. ¿Cuál es la prueba que verifica que la visión es genuina? Un crujir dentro de las lámparas. ¿De dónde venía el futuro "mesías"? Del antiguo paganismo. Nefertitis era la esposa de Acnatón, un faraón, o rey, del antiguo Egipto (1377-1361 a.C.) que, durante su reinado, temporariamente substituyó otra forma de paganismo, la adoración del sol, en lugar de las deidades normales de los Egipcios (ranas, cocodrilos, toros, etc.). En la visión, Dixon vio una pirámide al lado de la "santa pareja" y a su hijo. Numerosas religiones no cristianas se han unido para atribuirle cualidades divinas a las pirámides de Egipto. Tenemos aquí que lo que se supone que sea un gran mensaje de Dios para la humanidad, prediciendo el nacimiento de un niño del antiguo paganismo y que le va a traer a la humanidad grandes bendiciones. Entonces, siete años más tarde, alguien le cambió su manera de pensar: ahora el mensaje es que el niño prometido que traería bendiciones, ¡es el anticristo! Es obvio que tenemos que tener una norma bíblica a través de la cual podamos probar a los profetas. No debemos meternos por otros caminos. Ustedes van a ver que los médiums normalmente usan dispositivos de los cultos para obtener su información (Jeane Dixon normalmente usa una bola de cristal); reciben información que contiene un simbolismo religioso pagano; y producen predicciones que generalmente son incorrectas. ¿Y cuáles son las pruebas que comprueban que sus informaciones son correctas? Cosas como crujidos en las lámparas o las formas que las hojas de té dejan en las tazas. Estas son pruebas que no comprueban nada, de acuerdo con la Biblia. Y si la visión no proviene de Dios, es mejor no aceptarlo. ¿Cuáles son las pruebas de un verdadero profeta? La declaración de Noorberger, citada anteriormente, da una lista de diez de esas pruebas. Pero tres pruebas resolverán cualquier problema de este tipo que podamos tener: (1) Condiciones físicas del profeta cuando está en visión; seis señales físicas (listadas más adelante). (2) Vida personal del profeta, dedicado a Jesús y en obediencia y en armonía con los principios bíblicos. (3) Los mensajes dados por el profeta tienen que estar en total acuerdo con las normas, promesas, doctrinas y leyes de la Biblia. A lo largo de los años, este escritor ha escuchado o a observado a muchos "profetas" modernos. Solo en este último año, he visto a varios nuevos. Pero la primera prueba dada anteriormente, es conclusiva inmediatamente. Estas son las evidencias físicas de una persona mientras está en visión. Lea cuidadosamente Daniel 10:8-19. Aquí usted encontrará seis señales físicas: (1) El profeta pierde su fuerza y cae al piso en un profundo sueño. (2) A pesar del sueño, él escucha una voz que le habla. (3) En la visión, y a veces en alguna acción física, el profeta se levanta sobre sus manos y rodillas y después sobre sus pies, cuando un ser lo toca. (4) Al comienzo él está mudo; pero cuando sus labios son tocados, entonces puede hablar. (5) A través de toda la visión él no respira, de ninguna manera. Su respiración cesa completamente. (6) Se le da fuerza durante la visión. Adicione a esto la señal dada en Números 24:4 que dice que (7) Durante la visión sus ojos están abiertos. Es interesante notar que muchas de las visiones que tuvo Ellen fueron en público. De esta manera las pruebas bíblicas pueden ser fácilmente aplicadas. Y realmente así fue. Cuando Dios llama a un profeta, Él le da esa oportunidad, para que las personas puedan comprobar que ese profeta es de Dios. Alguien que dice recibir visiones de Dios y de ser un profeta verdadero, tendrá, por ejemplo, visiones en público algunas veces, de tal manera que los demás puedan ver que durante diez minutos o hasta más de tres horas, él no respiró y no dio ninguna señal de estar respirando. Y a pesar de estar totalmente inconciente de lo que sucede a su alrededor, el que recibe la visión se puede mover fácilmente por la pieza (si es que se levanta y camina), y posee una fuerza sobrehumana mucho mayor que la capacidad de cualquier otra persona que quiera sobrepasarlo. Así fue en el caso de la pequeña Ellen. Las pruebas que se le hicieron en aquel tiempo, incluyó el cerrarle la boca y las fosas nasales mientras estaba en visión (lo cual podía durar varias horas). Sus movimientos, mientras estaba en visión, eran libres y graciosos mientras hablaba describiendo algo de lo que estaba viendo. Y sin embargo sus gestos no podían ser controlados ni impedidos. Es interesante que, siendo normalmente muy frágil, las visiones nunca agotaron su fuerza o la dejaron enferma. (A veces, ella fue sanada de alguna enfermedad mientras estaba en visión). En los últimos años, después que ya se había desarrollado una confianza acerca de la genuinidad de su llamado, las visiones venían más frecuentemente durante las noches. Aquí hay otros versículos bíblicos que proveen pruebas para un profeta verdadero. Puede ser muy interesante leerlos: Mateo 7:20; Isaías 8:20; 1 Juan 4:1-3; 1 Tesalonicenses 5:20-21; Deuteronomio 13:1-4; Oseas 12:10, 13; Hebreos 1:1-2; 2 Reyes 22:14-15; Daniel 2:27-28; Deuteronomio 29:29; Amós 3:7; Números 12:6; 2 Pedro 1:21; 1 Pedro 1:10-11; 1 Corintios 14:4; Joel 2:28-30; 2 Crónicas 20:20. Aquellos que testimoniaron personalmente las visiones, observaron cuidadosamente lo que sucedió. Y se les dio la libertad de observar libremente a Ellen mientras estaba en visión. Algunas veces eran llamados médicos para que hicieran un examen más crítico y profundo. Aquí hay una declaración de la Sra. Martha Amadon, quien testimonió varias visiones: "Como una de las que la ha observado frecuentemente en visión, conociendo a las personas que normalmente estaban presentes, todos profundamente observantes y creyentes en sus ejercicios, a menudo me asombré de por qué no se dio una descripción más vívida de las escenas que le fueron presentadas. En visión, sus ojos estaban abiertos. No había respiración, pero habían movimientos graciosos de los hombros, brazos, y manos, expresando lo que ella estaba viendo. Era imposible que alguien pudiera moverle los brazos o las manos. A menudo decía palabras, y algunas veces sentencias que expresaban lo que ella estaba viendo, ya sea del cielo o de la tierra. "Su primera palabra en visión fue ‘Gloria’, sonando primero cerca y después perdiéndose en la distancia, muy lejos. Esto a veces se repetía … Nunca hubo alguna excitación entre aquellos que estaban presentes durante una visión; nada causaba miedo. Era una escena solemne y quieta, durando a veces una hora… "Cuando la visión terminaba, y ella perdía de vista esta luz celestial, volviendo una vez más a la tierra, ella exclamaba con un largo suspiro, a medida que respiraba naturalmente de nuevo, ‘O-s-c-u-r-i-d-a-d’. Entonces quedaba débil y sin fuerzas". Aquí está la descripción de George I. Butler, dada en 1874. Él también, en muchas ocasiones, testimonió las visiones públicas que ella recibió: "Durante los últimos treinta años estas visiones han sido dadas con mayor o menor frecuencia, y han sido testimoniadas por muchos, y muy a menudo por incrédulos y creyentes. Generalmente, pero no siempre, esto ocurre en la mitad de sinceras sesiones religiosas donde el Espíritu de Dios está especialmente presente… "El tiempo durante el cual la Sra. White está en esta condición ha variado de 15 minutos hasta 180 minutos. Durante este tiempo el corazón y el pulso continúan latiendo, los ojos están siempre bien abiertos, y parecen estar mirando hacia un objeto distante, y nunca están fijos en ninguna persona o cosa que esté en el cuarto. Siempre están dirigidos hacia arriba. Ellos muestran una expresión agradable. No hay una mirada lúgubre o cualquier semejanza con algún desmayo. La luz más brillante puede ser colocada sorpresivamente cerca de sus ojos, o alguna maniobra como si algo le fuese a golpear los ojos, y nunca ha habido el menor pestañear o cambio en la expresión a causa de eso; y a veces pasan horas y hasta días para que ella salga de esa condición, hasta que recupere su visión natural. Ella ha dicho que le parece que ha vuelto a un mundo oscuro, pero su visión nunca se ha visto herida debido a sus visiones. "Mientras ella está en visión, su respiración cesa completamente. Nunca salió por su nariz o por su boca algún resto de respiración, cuando ha estado en esta condición. Esto ha sido comprobado por muchos testigos, siendo que entre ellos ha habido médicos con experiencia, y hasta incrédulos en cuanto a las visiones, siendo que en algunas ocasiones se han reunido públicamente con ese propósito. Ha sido comprobado muchas veces al tapársele suavemente la nariz y la boca con la mano, y poniendo un espejo delante de ella, tan cerca, que cualquier escape de respiración podría haber sido detectado. En esta condición ella a menudo habla palabras y sentencias cortas, pero aun así, no escapa nada de respiración. Cuando ella entra en esta condición, no hay ninguna apariencia de desmayo o de mareo, su cara mantiene sus colores naturales, y la sangre circula normalmente. A menudo ella pierde sus fuerzas temporalmente y entonces se reclina o se sienta; pero otras veces se levanta. Ella mueve sus brazos graciosamente, y a menudo su semblante se ilumina radiantemente como si la gloria del cielo descansase sobre ella. Ella está totalmente inconciente de todo lo que está sucediendo a su alrededor, mientras está en visión, no sabiendo nada de lo que se dice y se hace en su presencia. Las personas pueden pellizcar su piel, y hacer cosas que deberían causarle un gran dolor en condiciones normales, y ella no lo notará ni por el más mínimo temblor. "No hay ninguna mueca desagradable o contorsiones que normalmente efectúan los médiums espiritistas, sino que una calma, dignificada e impresionante, su apariencia le produce al observador reverencia y solemnidad. No hay nada de fanatismo en su apariencia. Cuando ella sale de esta condición, ella habla y escribe de tiempos en tiempos lo que ha visto en visión; y el carácter sobrenatural de estas visiones es visto aun más claramente en lo que ella así revela, que en su apariencia y condición mientras está en visión, porque muchas cosas le han sido reveladas que era imposible que las conociera de ninguna otra manera. "Circunstancias peculiares en las vidas de los individuos, a los cuales ella nunca había visto antes en la carne, y secretos escondidos del conocimiento de los más cercanos, le han sido revelados, cuando ella no tenía ningún conocimiento personal sobre el asunto, a no ser a través de una visión. A menudo ella ha estado en una audiencia en la cual ella era totalmente desconocida para los individuos que la formaban, cuando ella se ha levantado y ha apuntado a persona tras persona a quienes ella jamás había visto antes, en la carne, y les ha dicho lo que ellos han hecho, y les ha reprobado sus pecados. Yo puedo mencionar muchas otras cosas parecidas, pero el espacio lo prohíbe. Estas cosas pueden ser comprobadas por muchos testimonios, y afirmamos confiadamente que ellas son de un carácter tal, que no pueden ser llevadas a cabo a través de engaño". A lo largo de los años, muchos médicos la examinaron cuidadosamente mientras estaba en visión. Uno fue el Dr. Brown de Parkville, Michigan, un médico que a su vez era practicante del espiritismo. Al oír a respecto de sus visiones, él declaro confiadamente que las visiones eran espiritas y que si él pudiera examinarla mientras estuviera en visión, él podría comprobarlo, porque él entraría rápidamente en contacto con el "espíritu flotante" que la guiaba, y así él mismo podría controlarla. Muy luego él tuvo la oportunidad. El 12 de Enero de 1861, Ellen habló en una reunión en Parkville. Cuando estaba terminando, fue tomada en visión. Los presentes mencionaron al Dr. Brown, de tal manera que le fue solicitado que viniera y la examinara. J. N. Loughborough, un testigo que estaba presente, escribió lo siguiente a respecto de lo que allí sucedió: "Antes que él hubiese completado ni siquiera la mitad del examen, él [el Dr. Brown] se puso mortalmente pálido, y se sacudió como un sauce llorón. El hermano White dijo, ‘¿Informará el doctor su condición? Él respondió, ‘Ella no respira’, y rápidamente se dirigió a la puerta. Aquellos que estaban a la puerta y sabían de su jactancia, dijeron, ‘Vuelva y haga lo que dijo que haría; saque a esa mujer de la visión’. Con gran agitación él tomó la manilla de la puerta, pero no se le permitió abrirla hasta que los que estaban cerca de la puerta le preguntaron, ‘Doctor, ¿qué le está sucediendo?. Él respondió, ‘Solo Dios lo sabe; déjenme salir de esta casa?". El Dr. Merritt G. Kellog, menciona una experiencia similar que ocurrió en Tyrone, Michigan el 29 de Mayo de 1853: "La hermana White estaba en visión ya cerca de 20 minutos o tal vez media hora. Al entrar ella en visión, todos los presentes sintieron la presencia y el poder de Dios, y algunos de nosotros realmente sentimos el Espíritu de Dios descansando poderosamente sobre nosotros. Estábamos en oración en una reunión social el Sábado por la mañana cerca de las 9:00 horas. El hermano White, mi padre, y la hermana White habían orado, y yo estaba orando entonces. No había habido ninguna excitación, ningún tipo de demostraciones. Le suplicamos sinceramente a Dios, sin embargo, que bendijera la reunión con Su presencia, y que bendijera la obra en Michigan. Cuando la hermana White dio aquellos gritos triunfantes de ‘¡Gloria! ¡G-l-o-r-i-a! ¡G-l-o-r-i-a! que usted ya ha escuchado cuando ella entra en visión, el hermano White se levantó y le informó a la audiencia que su esposa estaba en visión. Después de declarar la manera de sus visiones, y decir que ella no respiraba mientras estaba en visión, él convidó a cualquiera que quisiera comprobarlo para que pasara adelante y la examinara. El Dr. Drumond, un médico… que (antes de verla en visión) había declarado que sus visiones eran de origen mesmeriano (hipnotismo), y de que él podía darle una visión, fue adelante, y después de un completo examen, se puso muy pálido, y dijo, ‘¡Ella no respira!’. "Yo estoy muy seguro de que ella no respiraba en aquella época mientras estaba en visión, ni en ninguna otra ocasión en que yo he estado presente. Su salida de la visión era tan marcante como su entrada. La primera indicación que tuvimos de que la visión había terminado, era que ella comenzaba a respirar nuevamente. Ella tomaba su primer aliento profundo, largo, y completo, demostrando así que sus pulmones habían estado completamente vacíos de aire. Después de tomar el primer aliento, pasaban algunos minutos antes que ella tomara el segundo aliento, el cual llenaba los pulmones de la misma manera que lo hacía el primero; después había una pausa de dos minutos, y entonces una tercera inhalación, después de la cual la respiración se volvía normal". Comentando sus visiones, su esposo, James White dice esto: "Al salir de una visión, ya sea durante el día o en una pieza bien iluminada durante la noche, todo es completa oscuridad (para ella). Su capacidad para distinguir aun los objetos más brillantes, mantenidos apenas a algunos centímetros de sus ojos, vuelve gradualmente … Ella probablemente ha tenido, durante los últimos 23 años, cerca de 200 visiones. Estas le han sido dadas bajo las más diversas circunstancias, pero siempre manteniendo una maravillosa similitud". La experiencia de tener visiones nunca debilitó a Ellen. Al contrario, después de cada visión ella tenía más fuerza física y mejor salud. En diversas ocasiones, mientras estaba en visión, Ellen sostuvo una Biblia en su mano, mientras su brazo estaba extendido, totalmente extendido, hacia fuera del cuerpo. Dos veces, estando en visión, ella sostuvo grandes Biblias abiertas durante largos periodos, en una mano. "Una experiencia … nos llevó atrás a la primera parte del año 1845, y tenía que ver con la gran Biblia de la familia Harmon que pesaba 8,4 Kg. Una mañana en su propio hogar en Portland, Maine, mientras estaba en visión, Ellen Harmon se subió sobre un escritorio sobre el cual estaba ese gran libro, lo tomó, lo colocó sobre su mano izquierda, y entonces, extendiendo totalmente su brazo, sostuvo ese gran libro durante media hora. Durante la visión, en cortas exclamaciones, ella se refirió al valor de la Palabra de Dios. "Bajo circunstancias normales ella no era capaz de tomar ese libro, porque su salud era frágil y en aquel tiempo ella pesaba apenas 37 Kg. Ella no estaba fatigada debido a esta experiencia". La Biblia anteriormente mencionada es guardada en Washington D.C. Este escritor se encontró con la única persona que hasta aquí ha conseguido sostener esa Biblia durante diez minutos, con el brazo extendido. Él era un campeón de levantamiento de pesas. Por lo que me acuerdo, su record fue de 13 minutos. Esto fue en la década de 1950. En las reuniones Sabáticas, realizadas en Nueva Inglaterra en 1848, fueron dados varios estudios doctrinarios por varios fieles cristianos. En esas reuniones, Ellen fue tomada en visión, cada vez que el grupo llegaba a un punto en que no podían avanzar más en sus análisis, y le daba una solución al problema. Pero en una ocasión en ese verano, ellos finalmente llegaron al punto en que las opiniones eran tan opuestas, que era totalmente imposible avanzar más. Alexander Ross, que estaba presente en esta reunión específica, relató este incidente así: "La hermana White, mientras estaba en visión, se puso de pie y tomó la Biblia familiar y la puso sobre su mano izquierda; el libro tenía un tamaño normal. Mientras lo sostenía abierto, bien en alto, sin mirar hacia él, con su mano derecha apuntaba texto tras texto, y colocando su dedo en la escritura, repetiría el mismo. Yo miré muchos de los textos, para ver si ella realmente estaba repitiendo el texto que estaba señalando. Yo mismo y varios de los presentes, comprobamos todos los textos. En todos los casos, ella no solo repetía el texto que estaba señalando, sino que ella lo hacía mientras sus ojos estaban mirando hacia arriba y en una dirección opuesta a la de la Biblia. Fueron estos textos bíblicos que ella repitió, los que eliminaron las falsas teorías… en Volney [Nueva York], en Agosto de 1848, e hicieron con que nos unamos alrededor de la verdad". En la siguiente declaración, Arthur L. White describe la manera en la cual la información que Ellen recibía en visión era escrita: "1.- Las visiones dadas en público y acompañadas por marcantes fenómenos físicos. 2.- Las visiones dadas durante un periodo de oración o de escritura, sin acompañamiento de fenómenos físicos. 3.- Las visiones dadas durante las tranquilas horas de la noche, que a menudo eran definidas como ‘sueños proféticos’. ‘Algunos han supuesto que en las experiencias de la Sra. White, ella escribió mientras estaba en visión’, dijo él, ‘pero esto no es verdad. Algunos han concluido que cuando ella escribió estaba registrando palabras que le habían sido dichas por un ángel. Esto, también es erróneo, excepto en raras oportunidades, cuando citas cortas y directas eran recibidas por el ángel que la acompañaba. Algunos han sido de la opinión que existía una fuerza mecánica que guiaba la pluma que ella sostenía en su mano. Ese punto de vista también está totalmente fuera de armonía con los hechos. "La revelación consistía en la iluminación de la mente, y entonces, cuando no estaba en visión, era el deber del profeta, con la ayuda del Espíritu de Dios, lógicamente, pasar a otras instrucciones, admoniciones e información de origen divino que ella había recibido. En las visiones era cubierta una gran gama de asuntos. "A veces, los eventos del pasado, del presente y del futuro eran abiertos ante Ellen White de una manera muy dramática, dándole a ella la impresión de que estaba viendo en una rápida sucesión una vívida reescenificación de las escenas de la historia’". D. T. Bourdeau solucionó el asunto en su propia mente de una manera muy directa y definida. El siguiente incidente sucedió en Buck’s Bridge, Nueva York, en 1857 mientras Ellen estaba en visión: "El 28 de Junio de 1857 yo vi a la hermana Ellen G. White en visión por primera vez. Yo era un incrédulo con respecto a las visiones; pero una circunstancia entre varias que puedo mencionar, me convenció de que sus visiones eran de Dios. Para satisfacer mi mente en relación a si ella respiraba o no [mientras estaba en visión], yo primero puse mi mano sobre su pecho lo suficientemente lejos como para tener la seguridad de que no había ningún otro peso que el que habría habido si su cuerpo hubiese sido un cadáver. Entonces tomé mi mano y la coloqué sobre su boca, cerrando su nariz entre mi pulgar y el dedo índice, de tal manera que era imposible que ella exhalase o inhalase aire, aun cuando ella desease hacerlo. Yo la sostuve así con mi mano durante unos diez minutos, lo suficiente como para que ella se sofocase en circunstancias normales; ella no fue afectada en lo más mínimo debido a esto. después de haber testimoniado este maravillosos fenómeno, no me he inclinado nunca más a dudar del origen divino de sus visiones". Mientras estaba en visión, a Ellen White se le daban soluciones para problemas inmediatos, un conocimiento sobre los eventos recientes, y también visiones de cosas que estaban muy en el futuro. "Como surgen muchas preguntas relacionadas con mi estado mientras estoy en visión, y después de salir de ella, yo diría que cuando el Señor se complace en darme una visión, yo soy llevada a la presencia de Jesús y de los ángeles, y pierdo totalmente de vista las cosas terrenales. Yo no puedo ver nada más que lo que el ángel me muestra. Mi atención es a menudo dirigida a escenas que transcurren en la tierra. A veces soy llevada bien lejos hacia el futuro y se me muestra lo que va a suceder. Y entonces nuevamente se me muestran cosas que han sucedido en el pasado. Después que salgo de la visión, no consigo acordarme inmediatamente de todo lo que he visto, y el asunto no está totalmente ante mí, hasta que lo escribo, entonces la escena surge delante de mí tal como me la fue presentada en la visión, y yo puedo escribir con libertad. Algunas veces, las cosas que he visto permanecen ocultas para mí, luego que salgo de la visión, y no puedo llamarlas a mi mente, hasta que soy llevada a ciertas personas a las cuales se aplica esa visión, entonces las cosas que he visto vienen a mi mente con fuerza". W. C. White, uno de sus hijos, nos cuenta acerca de una visión que ella tuvo mientras estaba en un grupo de oración en una reunión en Minnesota, en el verano de 1870. Orando sinceramente por guía en relación con ciertos problemas, ella repentinamente se detuvo en su oración cerca de 30-45 segundos, y entonces llegó a una triunfante conclusión a respecto de esa oración, agradeciéndole a Dios por responderle lo que le acababa de preguntar. Ella había sido tomada en visión y se le había mostrado lo que tenía que ser hecho. Luego que la reunión terminó, ella y su esposo fueron al hogar de un vecino amigo y allí ella permaneció cerca de dos semanas, y durante ese tiempo ella escribió todo lo que le había sido informado durante aquella corta visión. Más adelante aprenderemos acerca de la importante visión sobre salud que recibió en 1863, en Otsego, Michigan, la cual duró 45 minutos, lo cual le proveyó a ella la información necesaria como para escribir varios grandes libros sobre salud, medicina y temperancia. Y consideraremos la visión de dos horas que recibió en Lovett’s Grove, Ohio, en 1858, la cual le permitió ver la historia desconocida de varios siglos, desde antes de la caída de Lucifer, hasta el fin del pecado y aun más allá. El Don de Profecía.- El don de profecía permanecerá en la iglesia hasta el fin del tiempo. Efesios 4:7-16. Pablo compara la iglesia al cuerpo; las diversas partes del cuerpo hacen parte de ese cuerpo. 1 Corintios 12:17, 28. Los profetas son los ojos de la iglesia. 1 Samuel 9:9 (compare Lucas 11:34; Proverbios 29:18). Pedro prometió profetas en los últimos días. Hechos 2:17-18. La advertencia de Cristo contra los falsos profetas prueba que hay profetas verdaderos. No puede existir lo falso si no existe lo verdadero. Mateo 7:15. las siguientes escrituras indican que la ley de Dios y los profetas de Dios siempre están juntos. Si Su pueblo no obedece Su ley, entonces ellos no tendrán la guía de Sus profetas. Lamentaciones 2:9; Ezequiel 7:26; 20:3, 12, 13-16; Jeremías 26:4-6; Proverbios 29:18; Apocalipsis 12:17. La verdadera iglesia justo antes de la venida de Jesús tendrá el don de profecía, porque guardan los mandamientos de Dios. Apocalipsis 12:17; 19:10. Se nos ha ordenado para que no despreciemos a los profetas. 1 Tesalonicenses 5:20-21. Tenemos que probarlos con la Palabra de Dios. Isaías 8:20. En visión, un profeta no respira (Daniel 10:17), puede hablar (Daniel 10:16), mantiene sus ojos abiertos (Números 24:16), y permanece inconciente de lo que lo rodea (2 Corintios 12:2, 4). Tanto los hombres como las mujeres han recibido este don, el don de profecía. Aquí van algunas mujeres profetas que son mencionadas en la Biblia: Miriam – Éxodo 15:20; Débora – Jueces 4:4; Hulda – 2 Reyes 22:14; Ana – Lucas 2:36; las hermanas de Felipe – Hechos 21:9. El duradero don de profecía proveyó consejos necesitados y guía ante una crisis: Noé – Génesis 6:9-17; Moisés – Éxodo 3:4-12; 4:10-16; Deuteronomio 34:10-12; Elías – 1 Reyes 17:1; 18:20-41; 2 Reyes 2:11-13; Juan el Bautista – Marcos 1:2-5; Lucas 7:28. Búsquelo entre el remanente – Apocalipsis 12:17; 19:10; Proverbios 29:18; Isaías 11:10-12. Puede serle dado al más débil de los débiles – 1 Corintios 1:27-29. Este don nos ayuda de diversas maneras – 2 Pedro 1:19; 2 Crónicas 20:20; Efesios 4:12-16; 1 Corintios 14:3-4. Rehusar a un profeta verdadero es no querer prosperar – 2 Crónicas 20:20. Un profeta verdadero: hablará en armonía con la Biblia – Isaías 8:20; Deuteronomio 13:1-3. Exaltará a Cristo y no a sí mismo – 2 Corintios 10:5; Jeremías 1:4-9. Reprobará el pecado en los hombres - Ezequiel 3:17-19. Enfatizará la necesidad de Jesús en el corazón – 1 Juan 4:1-3. Sus vidas estarán por encima de cualquier reproche – Mateo 7:15-20. Sus predicciones sucederán – Deuteronomio 18:21-22; Jeremías 28:9. Confesará que Jesús vino en la carne – 1 Juan 4:2-6. Tendrá visiones y sueños - Números 12:6. Será conocido por sus frutos – Mateo 7:15-20. Capítulo 5 |
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