Profeta del Fin

Capítulo 18:

Satanás Analiza sus Planes

El escritor de este libro posee entre sus archivos un libro, publicado cien años atrás, por un monje francés que escuchó por casualidad una sesión secreta de planificación de los líderes máximos de la Sociedad de Jesús (los Jesuitas). Resumiendo la historia, él la publicó más tarde. El descubrir planes futuros puede ser chocante, como lo es en esta instancia.

Ellen White, en visión, también escuchó una sesión secreta de planificación, pero esta era la de Satanás y sus ángeles. He aquí el plan para destruirlo a usted, y a todos los que quieran ir a Dios para servirlo en estos últimos días.

"A medida que el pueblo de Dios se acerca a los peligros de los últimos días, Satanás sostiene fervientes consultas con sus ángeles en cuanto al plan de mayor éxito para derribar su fe. El ve que las iglesias populares están ya arrulladas para dormir gracias a su poder engañador. Mediante una sofistería agradable y milagros engañosos puede continuar teniéndolas bajo su dominio. Por lo tanto dirige a sus ángeles para que coloquen trampas especialmente destinadas a los que esperan la segunda venida. de Cristo y se esfuerzan por guardar todos los mandamientos de Dios.

"Dice el gran engañador: "Debemos vigilar a los que están llamando la atención del pueblo al sábado de Jehová; ellos inducirán a muchos a ver las exigencias de la ley de Dios; y la misma luz que revela el verdadero sábado revela también la ministración de Cristo en el santuario celestial, y muestra que la última obra por la salvación del hombre se está realizando ahora. Mantened la mente de la gente en tinieblas hasta que esa obra termine, y aseguraremos el mundo y también la iglesia.

"El sábado es el gran tema que ha de decidir el destino de las almas. Debemos exaltar el día de descanso de nuestra creación. Hemos logrado que fuera aceptado tanto por los mundanos como por los miembros de la iglesia; ahora la iglesia debe ser inducida a unirse con el mundo para sostenerlo. Debemos trabajar por medio de señales y maravillas para cegar sus ojos a la verdad, e inducirles a dejar a un lado la razón y el temor de Dios y a seguir la costumbre y la tradición.

"Yo influiré a los ministros populares para hacer que la atención de sus oyentes se aparte de los mandamientos de Dios. Lo que las Escrituras declaran que es la perfecta ley de libertad será presentado como un yugo de servidumbre. El pueblo acepta las explicaciones de las Escrituras que hacen sus pastores, y no investiga directamente. Por lo tanto, actuando por medio de los ministros, puedo controlar a la gente a mi voluntad.

"Pero nuestra principal preocupación es silenciar a esta secta de guardadores del sábado. Debemos excitar la indignación popular contra ellos. Alistaremos grandes hombres y hombres mundialmente sabios de nuestro lado, e induciremos a los que están en autoridad a llevar adelante nuestros propósitos. Entonces el descanso que yo he establecido será hecho obligatorio por leyes muy severas e impositivas. Los que las desobedezcan serán apartados de sus ciudades y aldeas, y se les hará sufrir hambre y privación. Una vez que tengamos el poder, mostraremos lo que podemos hacer con aquellos que no desean apartarse de su lealtad a Dios. Indujimos a la iglesia romana a castigar con la prisión, la tortura y la muerte a los que rechazaron rendirse a sus decretos; y ahora que estamos poniendo a las iglesias protestantes y al mundo en armonía con este brazo derecho de nuestra fuerza, finalmente tendremos una ley para exterminar a todos los que no se sometan a la autoridad. Cuando la muerte sea la pena por la violación de nuestro descanso, entonces muchos que ahora están alistados con los observadores de los mandamientos vendrán a nuestro lado.

"Pero antes de proceder a estas medidas extremas debemos ejercer toda nuestra sabiduría y sutileza para engañar y entrampar a los que honran el verdadero sábado. Podemos separar a muchos de Cristo por la mundanalidad, la concupiscencia y el orgullo. Se pensarán seguros porque creen la verdad, pero la complacencia del apetito o de las bajas pasiones, que confundirá el juicio y destruirá la discriminación, producirá su caída.

"Id, haced que los poseedores de tierras y de dinero se embriaguen con los cuidados de esta vida. Presentad el mundo delante de los hombres en su luz más atractiva, para que depongan su tesoro aquí y fijen sus afectos en las cosas terrenales. Debemos hacer todo lo que podamos para impedir que los que trabajan en la causa de Dios obtengan medios para usar contra nosotros. Mantened el dinero en nuestras filas. Cuanto más medios obtengan ellos, más perjudicarán nuestro reino arrebatándonos nuestros súbditos. Preocupadlos más por el dinero que por la edificación del reino de Cristo y la difusión de las verdades que nosotros odiamos, y no necesitamos temer su influencia; porque sabemos que toda persona egoísta y codiciosa caerá bajo nuestro poder, y finalmente será separada del pueblo de Dios.

"Usando a los que tienen una forma de piedad pero no conocen el poder, podemos ganar a muchos que de otra manera nos harían daño. Los amantes del placer más que amantes de Dios serán nuestros ayudadores más eficaces. Los que pertenecen a esta clase y que son aptos e inteligentes servirán como cebo para atraer a otros a nuestros anzuelos. Muchos no temerán su influencia, porque profesan la misma fe. Así los induciremos a sacar la conclusión de que los requerimientos de Cristo, son menos estrictos de lo que una vez creían, y que conformándose con el mundo podrían ejercer una mayor influencia sobre los mundanos. Así se separarán de Cristo; entonces no tendrán ninguna fuerza para resistir nuestro poder, y antes de mucho estarán listos para ridiculizar su primer celo y devoción.

"Hasta que sea dado el gran golpe decisivo, nuestros esfuerzos contra los observadores de los mandamientos deben ser incansables. Debemos estar presentes en todas sus reuniones. Especialmente en sus grandes asambleas nuestra causa sufrirá mucho, y debemos ejercer gran vigilancia, y emplear todas nuestras artes seductoras para impedir que las almas escuchen la verdad y se impresionen con ella.

"Tendré sobre el terreno, como agentes míos, a hombres con falsas doctrinas mezcladas con suficiente cantidad de verdad como para engañar a las almas. Tendré también incrédulos presentes que expresarán dudas con respecto a los mensajes de amonestación que envía el Señor a su iglesia. Si el pueblo lee y cree estas admoniciones, podemos tener poca esperanza de vencerlo. Pero si podemos distraer su atención de estas advertencias, permanecerán ignorantes con respecto a nuestro poder y astucia, y por fin los aseguraremos en nuestras filas. Dios no permitirá que sus palabras sean despreciadas impunemente. Si podemos mantener a las almas engañadas por un tiempo, la misericordia de Dios será retirada, y él las entregará a nuestro dominio.

"Debemos causar distracción y división. Debemos destruir su ansiedad por sus propias almas, e inducirlos a criticar, a juzgar, y a acusar y condenarse mutuamente, a albergar egoísmo y enemistad. Por estos pecados, Dios nos eliminó de su presencia; y todos los que sigan nuestro ejemplo harán frente a una suerte similar".

   Capítulo 19:

Comparando los Profetas

William F. Albright (1891-1971) fue reconocido en el campo de la arqueología como el mejor arqueólogo bíblico del siglo veinte. Sus investigaciones y artículos sobre este asunto de antaño permanecen en el Cercano Oriente como sin rival. Después de recibir su PHD en 1916, él comenzó una obra que produjo más de 800 publicaciones sobre arqueología y Biblia y 25 doctorados honorarios.

En la década de 1950, Alger Johns, uno de los candidatos al doctorado de Albright, le mostró diversos libros de Ellen White. Albright estaba asombrado y comenzó a investigar sus obras y su vida.

En su gran libro "Desde la Edad de la Piedra Hasta el Cristianismo", Albright declaró que Ellen White era un auténtico profeta de Dios.

Es interesante comparar los profetas, y al hacerlo podemos aprender muchas cosas.

Los escritores de la Biblia escribieron directamente de los pensamientos que fluían de sus recordadas visiones que habían recibido antes. Un ejemplo de esto será encontrado en el libro de Apocalipsis, escrito por el apóstol Juan.

Y los profetas también usaron fuentes. Estas eran escritos inspirados o históricos que otros cristianos ya habían escrito. Pero ya sea que ellos escribieran directamente lo que habían visto en visión, o si ellos escribían aquello que habían obtenido de esos escritos, ellos lo hicieron bajo la guía directa del Espíritu Santo.

Un ejemplo de copia es encontrado en Mateo y Marcos. Uno de estos dos escritores del evangelio le copió al otro. Generalmente se cree que Marcos escribió su evangelio primero. Este escritor investigó esto hace ya 25 años atrás. Leí todo lo escrito por Marcos para determinar todas las historias únicas de ese libro (cada incidente que no se encontrara en Mateo). No había casi ninguno. Marcos 14:51 es uno de los pocos. Está bastante claro que Mateo tenía el rollo de Marcos delante de sí, a medida que escribía su propio libro. Él incluyó el 99% de las historias de Marcos, pero sin entrar en los detalles que Marcos normalmente usó. Además, Mateo añadió aun más incidentes y parábolas. Entonces, cuando Lucas escribió, parece ser que él tenía el rollo de Mateo delante de sí y usó una gran cantidad del mismo, aun cuando incluyó material único en Lucas 10 al 20. Casi medio siglo más tarde, Juan escribió su evangelio, y aun cuando recolectó material de los otros tres evangelios, aparentemente no los tenía a su alcance cuando escribió el suyo. Es por esta razón que los tres primeros evangelios son llamados de "sinópticos", porque son tan parecidos, y sin embargo, tan diferentes del de Juan.

Otro ejemplo es el libro de un solo capítulo de Judas, cuando lo comparamos con 2 Pedro 2. Lea atentamente un capítulo y después el otro. Observe especialmente Judas 4-18 y 2 Pedro 2:1-3, 33. Uno le copió al otro. Normalmente se cree que Judas debe haber escrito primero su libro, y entonces Pedro lo copió.

Diversas veces Pablo citas pasajes de escritores no cristianos e históricos (Hechos 17:28; 1 Corintios 15:33; Tito 1:12, etc.). Aquí encontramos citas del poeta Griego Aratus, del escritor Griego Menander, y del autor Griego Epiménides.

En Judas 14-15, Judas cita el libro no canónico "1 Enoc" (1 Enoc 1:9). Este libro no inspirado, de casi cien años antes, dice lo siguiente en 1 Enoc 1:9 "¡He aquí! Él viene con diez mil de Sus santos para ejecutar juicio sobre todos, y para destruir a todos los impíos; y para convencer a toda carne de las obras de su impiedad, que ellos impíamente han cometido, y de todas las cosas feas que los impíos han dicho contra Él".

Lucas 1:1, 3-4 es una explicación de Lucas de que él y otros usaron fuentes para preparar sus evangelios: "Muchos han procurado contar en orden los hechos que se han cumplido entre nosotros … Después de haber investigado todo con diligencia desde su origen, me ha parecido bien también a mí, escribírtelo en orden, oh excelentísimo Teófilo, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido".

Y entonces están aquellos pasajes en que el propio Dios habla en las Escrituras, y donde se citan declaraciones directas de Él.

Todos estos escritos bíblicos se encuentran en los escritos de Ellen White, tal como se encuentran en los escritos de los profetas que vivieron antes que ella.

Probablemente el ejemplo más marcante de copia de otro escritor, se encuentre en la primera parte de su libro, "El Conflicto de los Siglos". La mayor parte del comienzo de este libro está compuesto de información histórica de los últimos dos mil años. En visión, Ellen White vio las escenas que transcurrían en sus tiempos, pero normalmente no se le dio ni nombres ni fechas. Posteriormente, tal como ella lo escribe, ella investigó los más renombrados historiadores para poder localizar esta información. Ella fue guiada por el Espíritu Santo en este trabajo, porque de otra manera ella no lo hubiera llevado a cabo. En algunas ocasiones, cuando ella encontró citas históricas cortas y adecuadas que claramente decían aquello que ella deseaba decir, ella la citaba de ese historiador.

"Los grandes eventos que ocurrieron en la vida de nuestro Señor les eran presentados en escenas panorámicas, tal como también ocurrió con las otras partes de "El Gran Conflicto". Algunas de estas escenas, le fueron claramente presentadas cronológica y geográficamente, pero en la parte más grande de la revelación, las rápidas escenas que eran extraordinariamente vívidas, las conversaciones, las controversias que ella escuchó y que estaba capacitada para narrar, no estuvieron marcadas ni geográfica ni cronológicamente; y ella tuvo que estudiar la Biblia, la historia y los escritos de los hombres que habían presentado la vida de nuestro Señor, para poder conseguir la relación cronológica y geográfica".

Se le mostró a Ellen que Dios la guiaría, tanto en la escritura de lo que ella veía en visión, como en aquello que ella encontraba en sus estudios acerca de lo que otros habían escrito, de tal manera que el producto final fuese adecuado, de acuerdo con la guía del Espíritu Santo, y de acuerdo con los profetas anteriores a ella: los escritores bíblicos.

Una cuidosa lectura de los grandes libros históricos de la Biblia (1-2 Samuel, 1-2 Reyes, y 1-2 Crónicas) revela que el escritor de Crónicas usó extensivamente fuentes detalladas y listas, mucho más que los otros dos. Este escritor muy probablemente fue Esdras (compare 2 Crónicas 36:22-23 con Esdras 1:13a), y un uso similar de fuentes se puede encontrar en el libro de Esdras.

Ellen White no escondía secretamente lo que hizo, porque uno no necesita mantener un secreto con aquello que está bien hecho. Los libros que ella encontró que eran especialmente precisos en proveer una buena cobertura histórica, ella los recomendó en artículos publicados que ella escribió, para que sus lectores los compraran para ellos mismos y para que los leyeran también. Ejemplo de esto fue la "Historia de la Reforma" de D’Aubigne y "La Vida de Pablo" de Conybeare y Howson.

Y ella escribió que fueron usadas fuentes en sus libros:

"En algunos casos donde un historiador había agrupado varios eventos como para permitir, brevemente, una visión comprensiva sobre el asunto, o que había resumido detalles de una manera conveniente, sus palabras han sido citadas; pero en algunos casos no se ha dado ningún crédito específico, ya que las citas no han sido dadas para citar ese autor como autoridad, sino porque su declaración permite una rápida y real presentación sobre el asunto. Al narrar la experiencia y los puntos de vista de aquellos que llevaron adelante la obra de reforma en nuestro tiempo, ha sido hecho un uso similar de sus obras publicadas".

Pero también tenemos que recordar que Ellen White fue fortalecida divinamente para llevar a cabo la tarea que le fue encomendada, para proveer la ayuda tan necesaria para otros. Hay indicaciones de que ella debe haber tenido una buena memoria fotográfica en relación con su obra. En una ocasión una estenógrafa tomó un sermón que ella le dio (Ella nunca usó notas en sus sermones públicos). Posteriormente se descubrió que se había incluido una cita casi exactamente igual, de un escritor contemporáneo, en ese trabajo. Pero ya hacía bastante tiempo que ella no leía ese libro.

Es particularmente significativo que cuando Ellen White citó otros autores, la cita era siempre decididamente mejorada. Los errores eran descartados y una mejor redacción era procurada.

Pero probablemente lo más significativo de todo, es el hecho de que durante los 1600 años en que fue escrita la Biblia, encontramos una dramática uniformidad de conceptos, desde el Génesis hasta el Apocalipsis. Y a lo largo de los 70 años del ministerio escrito de Ellen White, encontramos una uniformidad paralela que es sorprendente. Todos nosotros cambiamos, de mes en mes y de año en año. Pero los escritos de Ellen White mantienen los mismos puntos de vista y conceptos, de década en década. Pero esos conceptos se le fueron abriendo gradualmente a Ellen, a medida que ella tenía tiempo para escribirlos y a medida que las personas estaban listas para recibirlos. Un ejemplo de esto puede ser su visión sobre salud en 1863, la cual incluyó información que tal vez muchos puedan no haber estado listos para recibir antes. Sin embargo, tal como lo hemos visto en un capítulo anterior ("Anticipándose a la Ciencia"), cuando vino el conocimiento, era más preciso, en términos de la ciencia y del entendimiento contemporáneo, que cualquiera otra cosa disponibles en su tiempo.

"Un primer paso de ayuda para poder entender el punto de vista de un profeta en su obra, es aludido por su hijo, William C. White. Él nos da la siguiente clave: ‘En su primera experiencia, cuando ella estaba mucho más afligida acerca de la dificultad para poner en lenguaje humano las revelaciones de las verdades que le habían sido impartidas, se le recordó el hecho de que toda la sabiduría y conocimiento viene de Dios, y se le aseguró que Dios le daría gracia y dirección. Se le dijo que en la lectura de libros religiosos y diarios, ella encontraría preciosas gemas de la verdad expresadas en un lenguaje aceptable, y que se le otorgaría ayuda del cielo para reconocer esto y para separarlo de la basura de error, con la cual ella algunas veces lo encontraría asociado’.

"Este párrafo nos da una visión crucial para poder entender cómo ella hizo lo que hizo y de la manera en que lo hizo. El Señor fue su Autoridad. Ella estaba siguiendo Sus instrucciones … Porque para la Sra. White, Cristo es la fuente fundamental de toda la verdad, no importa donde pueda ser encontrada. Esa es la razón más profunda por la cual ella no se sintió preocupada al citar historiadores como autoridades. Cualquier verdad que ellos tuvieran, también se había originado en Cristo".

Y así es, cuando comparamos los profetas, descubrimos que no hay profetas de primera, segunda o tercera clase. Todos son iguales, y esto incluye tanto a los profetas canónicos, los cuales escribieron libros que tenemos en la Biblia (tales como Moisés, David y Pablo), y los profetas no canónicos, los cuales no dejaron nada por escrito (tales como Elías, Eliseo y Juan el Bautista). El primer profeta registrado fue Enoc, y sin embargo él era igual a los que le siguieron. Porque cada uno escribió en armonía con todo el resto, y cada uno fue totalmente inspirado por Dios.

Cada profeta llevó el mensaje del Señor; no el suyo propio. Y hemos visto que los escritores inspirados de las Escrituras reconocieron este hecho. Ellos vieron que la verdad proviene de una única Fuente, y fueron guiados por el Espíritu Santo para localizarla y compartirla con otros. La experiencia de Ellen White fue similar. "Soy tan dependiente del Espíritu del Señor al escribir mis puntos de vista, como lo soy al recibirlas". "Oh, cuán incapaz soy de expresar las cosas que bullen en mi alma con relación a la misión de Cristo … Yo no se cómo hablar o trazar con la pluma el gran asunto del sacrificio expiatorio. Yo no se cómo presentar los asuntos en el poder vivo con que aparecen delante de mí. Tiemblo de miedo si puedo disminuir el gran plan de salvación al usar palabras inadecuadas".

Pero la información hablada o escrita por el profeta siempre está basada, en última instancia, en conceptos y verdades subyacentes que le han sido revelados antes en visión: "Algunas escenas presentadas delante de mí hace algunos años, no han sido retenidas en mi memoria, pero cuando se necesita la información entonces dada, algunas veces aun cuando yo estoy delante de la persona en cuestión, el recuerdo viene nítido y preciso, como si fuese un flash de luz, trayendo a la mente en forma muy clara esa información en particular".

"A medida que el Señor se ha manifestado por el espíritu de profecía, han desfilado delante de mí lo pasado, lo presente y lo futuro. Me han sido mostrados rostros que nunca había visto, y años más tarde los conocí cuando los vi. He sido despertada de mi sueño con una sensación vívida de asuntos previamente presentados a mi mente; y he escrito a medianoche cartas que han cruzado el continente, y, llegando en un momento de crisis, han evitado gran desastre a la causa de Dios. Esta ha sido mi obra durante muchos años. Un poder me ha impelido a reprobar y reprender males en los cuales no había pensado. ¿Es esta obra de los últimos treinta y seis años de lo alto, o de abajo?".

Al abogado Vincent L. Ramik, un funcionario en una firma en Washington D.C. sobre derechos autorales, se le pidió que investigara la posibilidad de que Ellen White fuese una "plagiaria".

"Él comenzó un examen crítico de sus libros con la posibilidad de que ella fuese una plagiaria, pero sucedió algo inesperado. Aun cuando estaba buscando algún robo literario, después de llevar 300 horas estudiando los cargos contra ella, él dijo que simplemente no había caso. Además de los estrictos hechos legales del caso, algo más lo impresionó como para girar 180º en su actitud.

"Existen muchas cosas que la Sra. White ha colocado en el papel que harán que, si leídas cuidadosamente, una persona se mire hacia el interior, honestamente. Y si usted lo hace, la verdad saldrá sola hacia fuera; yo creo que conozco un poco mejor a Vince Ramik que lo que lo conocía antes de comenzar a leer el mensaje de Ellen White, no simplemente sus escritos …Honestamente, yo creo que he dejado esta tarea con más cosas que cuando entré en ella. Y esto se debe simplemente a su mensaje … Eso te hace creer un poco más firmemente en las cosas que usted puede haber creído un poco menos en el pasado.

¡La Sra. White me conmovió! Con todo su candor, ella me conmovió. Yo soy un Católico Romano; pero no importa si soy Católico, Protestante o cualquier otra cosa, ella me conmovió. Y yo creo que sus escritos pueden conmover a cualquiera, a menos que tenga permanentemente preconceptos y sea inmovible.

"Miles pueden testificar de la verdad de esa declaración. En sus escritos hay un poder y una originalidad que … [es reconocida] como una voz profética. Sus mensajes revelan credenciales de una clase que solo se encuentra en las Escrituras. Los escritos son autoritativos debido a su origen. Ellen White reconoce que ella no fue la originadora de sus libros y no atribuyó ningún crédito sobre ellos. ‘De mí misma no podría haber sacado la verdad de estos libros, sino que el Señor me ha dado la ayuda de Su Santo Espíritu’. Esas visiones, esas escenas que pasaron delante de ella, y las explicaciones que se le hizo acompañar, le dio a sus escritos la frescura de un testigo ocular y la riqueza de un auténtico informe de primera mano.

"Mensajes como estos no han sido duplicados en ningún escritor contemporáneo … La misma austeridad, simplicidad literaria y brillo directo de sus libros anteriores [de ella], como también en su obra más reciente y extensa. Aun cuando empleó el bello y descriptivo lenguaje de otros, algo sucedió con aquellas joyas cuando ella las usó para su propio propósito. Al ser remodeladas para que fuesen usadas en su mensaje, ellas brillaron con más poder, apelo, y belleza que cuando estaban en las fuentes originales de donde fueron sacadas. Esta calidad intangible y singular es evidente en todos sus libros y a menudo es reconocida por aquellos que se encuentran con ellos por primera vez".

El libro de Robertson es interesante. En la última página él cuenta la historia de dos hombres que se maravillaron en un gran museo de Europa. La historia se desarrolla más o menos así:

Mientras otros estaban admirados y embelezados con los cuadros y retratos, estos dos irían de una pintura a otra con una sonrisa vulgar, ‘¿quién querría pagar algo por algo así? Y siguieron mirando las pinturas. Entonces una asistente del museo se acercó y dijo calmadamente, ‘no son las obras maestras las que están siendo juzgadas, sino que es nuestra respuesta a ellas’.

Los profetas son enviados de Dios con mensajes especiales para la humanidad. Las claras pero solemnes verdades en estos mensajes testifican de su genuinidad y de su Fuente.

¿Son los profetas los que están siendo juzgados o es nuestra respuesta?

¿Quién fue probado cuando Juan el Bautista se paró frente a Herodes?

¿Quién fue juzgado cuando Noé le suplicó al pueblo? ¿Quién no aprobó la prueba cuando la puerta del arca fue cerrada y así se cerró la puerta de la gracia?

Capítulo 20:

Setenta Años

La niña que supuestamente tenía que morir antes de la primavera de 1845, no lo hizo así. Dios la había llamado para el trabajo de profeta.

Los años pasaron y fueron llenados con exhaustivos viajes y escritos. En 1881 su marido, James, se fue al descanso. Ellen se mantuvo trabajando y los años continuaron pasando.

Y estos años trajeron artículo tras artículo, libro tras libro. Gradualmente, 100.000 páginas de manuscritos fueron producidas. Esto significa 25 millones de palabras (porque nunca usó una máquina de escribir o taquigrafía). Ella escribió 4.500 artículos para revistas. Más de 100 libros fueron publicados. Su primera visión la tuvo en Diciembre de 1844; su última visión conocida, concerniente al bienestar de la juventud le fue dada el 3 de Marzo de 1915. Recibió aproximadamente 2.000 visiones y sueños proféticos durante setenta años de ministerio público (1844-1915).

Después de la muerte de su esposo el 6 de Agosto de 1881, fue una viuda durante 34 años. Ella no sólo animó a los cristianos de Norteamérica, sino que pasó dos años en Europa (desde el verano de 1885 al verano de 1887) y nueve años en Australia (desde 1891 hasta 1900) haciendo lo mismo.

Muchos de sus libros fueron traducidos a idiomas extranjeros. "El Camino a Cristo", que cuenta la simple historia de cómo ir a Cristo y permanecer bien a Su lado, ha sido traducido a 117 idiomas. Mencionamos antes que escribió más que cualquier otra mujer en la historia. Pero en relación con el gran número de libros que fueron traducidos se ha dicho: "Ella es la cuarta autora más traducida (hombre o mujer) en la historia de la literatura; es la escritora mujer más traducida, y la autora Norteamericana más traducida de ambos sexos".

Si, los años pasaron; pero fueron años emocionantes. Llenos de ayuda para miles de personas, llenos de preocupación por muchos que se rehusaron a ser ayudados. Y la niña que se suponía que tenía que morir en 1840, vivió más allá del cambio de siglo. Aun cuando frecuentemente fatigada, Dios la ayudó continuamente a seguir adelante. La siguiente experiencia sucedió en la noche del 2 de Marzo de 1907. ella tenía entonces 79 años de edad:

"Estaba cansada y me fui a la cama temprano. Estaba sufriendo de reumatismo en mi lado izquierdo y no podia dormir debido al dolor. Me daba vuelta de un lado a otro, tratando de encontrar alivio al sufrimiento. Tenía un dolor en el corazon que no me presagiaba nada bueno. Al fin me quedé dormida.

"Cerca de las 9:30 traté de darme vuelta, y al hacerlo, me di cuenta que mi cuerpo ya no me dolía. Mientras me daba vuelta de un lado para otro, y movía mis manos, experimenté una extraordinaria libertad y ligereza que no puedo describir. El cuarto estaba lleno de luz, la más hermosa, suave, celeste luz, y me pareció estar en los brazos de seres celestiales.

"Esta luz peculiar yo la había experimentado en el pasado en tiempos de bendiciones especiales, pero ahora era distinta, más impresionante, y sentí tanta paz, una paz tan plena y abundante, que las palabras no pueden expresarla. Me senté en la cama, y vi que estaba rodeada por una brillante nube, blanca como la nieve, y cuyos cantos estaban matizados con un profundo rosado. La música más suave y dulce llenaba el aire, y reconocí la música como siendo el canto de los ángeles.

"Entonces una Voz me habló, diciéndome, ‘No temas; Yo soy tu Salvador. Santos ángeles están a tu alrededor’.

‘Entonces éste es el cielo’, dije, ‘y ahora puedo descansar. No tendré que llevar más mensajes, no tendré que enfrentar más interpretaciones erradas. Todo será fácil ahora, y disfrutaré de paz y descanso. Oh, ¡qué paz más inexpresable llenó mi alma! ¿Es esto realmente el cielo? ¿Soy uno de los pequeños hijos de Dios? ¿Y tendré siempre esta paz?’

"La Voz replicó: ‘Tu trabajo aun no está terminado’.

Nuevamente me dormí, y cuando desperté escuché música, y quise cantar. Entonces alguien entró por mi puerta y me pregunté si habría visto la luz. Después de algún tiempo la luz se desvaneció, pero la paz continuó".

Su trabajo aun no había sido terminado. Más años pasaron, y más manuscritos y libros fueron preparados. Su última participación ante una gran reunión de misioneros de todos los campos del mundo, ocurrió en 1909. Entre sus palabras finales, estuvieron estas: "No tenemos la mitad de la fe que debiéramos tener. Hagamos nuestra parte en amonestar a estas ciudades. El mensaje amonestador debe ir a la gente que está a punto de perecer sin amonestar, sin salvar. ¿Cómo podemos demorarnos?".

Dejando el podio para sentarse, ella volvió a él y levantando la Biblia, dijo, "Hermanos, les recomiendo la Palabra de Dios".

Un levantamiento de Cristo, una preocupación por la salvación de las almas, advertencias contra el pecado, señalar las Escrituras: esta fue la obra de Ellen G. White, y ha sido la obra de todos los profetas antes de su tiempo.

Algún tiempo después de esta experiencia, Ellen White visitó un pequeño colegio cristiano localizado en las colinas detrás de su hogar en el Norte de California. Alma McKibbin relata lo que sucedió:

"Llegó un tiempo en que ella no vino (a visitarnos) durante un largo tiempo. Y nos pusimos un poco ansiosos debido a esto y preguntábamos por ella. Entonces el profesor Irwin le dijo a ella que todos estábamos muy ansiosos para que viniera una vez más. Entonces fue traída la noche anterior y fue colocada en la cama del dormitorio. A la mañana siguiente la trajeron a la capilla, donde aun estabamos... el profesor Irwin [el presidente del colegio] y el hermano W. C. White, su hijo, la levantaron y la entraron a la capilla. Ella estaba tan débil que dio algunos pasos un poco torpes para poder subir al estrado. Y el hermano White permaneció a su lado y la ayudó mientras ella hablaba. Yo no creo que ella haya hablado por más de diez minutos. No era capaz de hablar más. Pero esto fue lo que dijo, tal como yo lo recuerdo.

"Ella dijo: ‘Mis queridos jóvenes, estoy agradecida a Dios que me haya dado fuerzas para venir y hablarles una vez más. Ustedes tienen un raro privilegio al establecer una nueva escuela. Pueden haber tenido algunos inconvenientes, pero habéis tenido el gran privilegio de haber fundado una escuela con los principios justos … Yo era joven así como ustedes cuando Dios me llamó a esta obra. Y me he puesto mi armadura y jamás me la he sacado. Y nunca me la sacaré hasta que mi trabajo esté terminado. Queridos jóvenes, ¡cuando pongáis vuestras manos en el arado, no volváis nunca atrás! Espero que cada uno de vosotros haya consagrado su vida a Dios. Verifiquen el costo, jóvenes amigos, y cuando hayáis determinado hacerlo, no permitáis que nada os detenga. No os desaniméis’.

"Y entonces ella dijo, ‘Yo se lo que hace el maligno; yo lo se debido a lo que ha tratado de hacer para desanimarme, a lo largo de setenta largos años. Pero yo me puse la armadura, cuando aun era una niña, y jamás me la he sacado, y jamás lo haré, hasta que mi trabajo esté terminado’.

"Entonces ella hizo una pausa: ‘Y ya casi está terminado. Mis secretarias están ocupadas en estos días, reuniendo mis papeles anteriores para hacer otro libro. Ustedes saben, Dios me ha ayudado para que escribiera una serie de libros [La Serie del Conflicto de los Siglos], pero aun falta uno: aun no tengo uno que hable de la última parte del Antiguo Testamento. Pero he escrito bastante sobre eso, aquí y allí, y mis secretarias lo están reuniendo. Y yo les ayudo cuando puedo hacerlo … Dios me ayudará a terminar este libro. Yo se que Él lo hará’.

"Entonces dijo: ‘Creo que no puedo hablarles más hoy, pero recuerden: Póngase la armadura, y nunca se la saquen’.

Entonces la sacaron y la llevaron para colocarla sobre una silla en el porche [justo afuera de la capilla]. El hermano White fue a buscar el carruaje. Nosotros podíamos verlo a través de la puerta de vidrio. Creo que todos estábamos llorando. Y, como usted sabe, mientras ella estaba allí sentada, comenzó a cantar. A ella le gustaba cantar. Y me dijeron que era un antiguo himno adventista. Las únicas palabras que recuerdo son ‘Jesús viene de nuevo; viene de nuevo, viene de nuevo’. Entonces se la llevaron. Y nosotros sabíamos que la habíamos visto por la última vez. Y no creo que nadie que haya estado ahí vaya a olvidar sus últimas palabras: ‘Yo me puse la armadura y jamás me la sacaré, hasta que mi trabajo esté terminado’".

Ellen White había pensado antes que viviría hasta la segunda venida de Cristo. Entonces tuvo un sueño una noche en el cual ella despertó de la tumba con su marido, James. "¿Estamos ambos aquí? Preguntó ella en el sueño. Desde entonces, supo que tendría que pasar por la tumba antes que Jesús volviese a buscar a los Suyos.

"Una y otra vez, durante las primeras semanas de su [última] enfermedad, su voz era levantada para cantar. Las palabras más comúnmente usadas eran:

"Hemos oído del país santo y brillante,

hemos oído de él, y nuestros corazones se alegran;

pues somos un grupo de peregrinos solitarios,

cansados, agobiados, y tristes.

Nos dicen que los peregrinos tienen allí una morada.

Ya no existen personas privadas de hogar,

y sabemos que esa buena tierra es hermosa,

pues por ella corre el río puro de la vida.

Estaremos allí, estaremos allí, a poco tiempo de aquí,

todo allí será puro y bendito;

tendremos palma, manto y corona,

y por siempre tendremos descanso".

Un par de semanas antes de su muerte, le dijo a su hijo:

"Estoy muy débil. Estoy segura de que ésta es mi última enfermedad. No estoy afligida por el pensamiento de morir. Me siento consolada todo el tiempo de que el Señor está cerca de mí. No estoy ansiosa. El carácter precioso del Salvador ha sido muy claro para mí. Él ha sido un amigo, él me ha guardado en la enfermedad y en la salud.

"No estoy afligida por la obra que he hecho. Hice lo mejor que pude. No creo que todavía siga mucho más. No espero mucho sufrimiento. Estoy agradecida de que tenemos las comodidades de la vida en tiempo de enfermedad. No tengas temor. Yo me voy sólo un poco antes que los demás".

"Sus últimas semanas las pasó en un cómodo cuarto en el segundo piso de "Elmshaven", su hogar en el Norte de California. Era aireado con una gran ventana a través de la cual entraba el alegre sol que iluminaba toda la pieza. Frecuentemente, era levantada por amorosas manos y era colocada en una silla en la terraza. Desde este balcón ella podía contemplar las bellezas de la naturaleza a medida que esta florecía de la primavera al verano. A menudo tenía una Biblia o uno de sus libros en el regazo, cuando venían a visitarla. Dejando a un lado uno que estaba leyendo, ella dijo, "Aprecio estos libros como nunca antes … Ellos son verdad, y son justicia, y constituyen un testimonio permanente de que Dios es verdad".

Entonces, a mediados de Julio, vino el fin.

"Toda su confianza estaba en la inmerecida gracia de Cristo, la única esperanza de todo creyente. ‘Estoy guardando cada momento’, dijo en sus últimas horas con su familia, ‘de tal manera que nada se interponga entre yo y el Señor … Pronto habrá un glorioso encuentro’".

Cuán agradecidos podemos estar de que Dios cuida de Sus pequeños. Así como Él cuida de la pequeña Ellen, así cuida de nosotros.

"El fin llegó el viernes 16 de Julio de 1915, a las tres y cuarenta de la tarde, en la asoleada cámara del piso superior de su hogar de Elmshaven, donde ella había pasado tanto de su tiempo los últimos felices y fructíferos años de su ocupada vida. Durmió en Jesús en forma tan silenciosa y pacífica como un niño que va a descansar. Rodeaban su cama su hijo el pastor W. C. White y esposa; su nieta, la Sra. Mabel White Workman; su fiel secretaria por largo tiempo, la Srta. McEnterfer; su sobrina y consagrada enfermera, la Srta. May Walling; otra de sus incansables enfermeras, la Sra. Carrie Hungerford; su ama de llaves, la Srita. Tessie Woodbury; su compañera y ayudante por largo tiempo, la Sra. Mary Chinnock Thorp; y unos pocos amigos y ayudantes que habían pasado muchos años en su casa y en torno a ella, así como en su oficina.

Varios días antes de su muerte había estado inconsciente gran parte del tiempo, y al final parecía haber perdido la facultad de hablar y la de escuchar. Las últimas palabras que habló a su hijo fueron: "Yo sé en quién he creído".

"'Dios es amor'. 'Él da descanso a sus amados'. Para ellos la larga noche de espera hasta la mañana de la resurrección es solamente un momento; y aun para los que permanecen, el tiempo de espera no será largo, pues Jesús viene pronto para reunir a sus amados y llevarlos al hogar. Como declaró nuestra amada hermana a los que la rodeaban un sábado durante su enfermedad: "Todos estaremos en el hogar muy pronto".

Ellen White tenía 87 años cuando murió. Un ministerio de setenta años, desde que por primera vez se le diera a ella una visión, había terminado. Las vidas de muchos miles habían sido cambiadas para mejor debido a ese ministerio. Pero aun muriendo ella aun habla, a través de la huella de luz que ella dejó: sus muchos libros y papeles que ella nos dejó para leer hoy.

"No solo nos predijo el futuro, sino que dio consejos sabios en el presente. Ciertamente ella era un portavoz de Dios. Así como los profetas de antaño, su vida estuvo marcada por la humildad, simplicidad, austeridad, estudio divino, y devoción. Y así como ellos, ella se volvió a Dios en busca de cura y ayuda … [en todos sus libros] que alcanzaron una circulación de millones … ella representa la Biblia como el Libro de todos los libros, la suprema guía para toda la familia humana".

Capítulo 21:

Arca del Tesoro de la Inspiración

Durante más de cien años, los cristianos camino al cielo han encontrado un profundo consuelo y ánimo en los escritos de Ellen G. White. Cuán agradecidos podemos estar por la Biblia y por la preciosa ayuda que Dios nos ha enviado a través de Sus mensajeros.

He aquí algunos ejemplos del tesoro de la inspiración que usted encontrará en estos libros. Si le gusta lo que ha leído aquí, usted puede adquirir más de una de las listas que están al final de este libro. Ellos no son caros, y muchos pueden ser conseguidos en papel barato y tapas flexibles.

"La vasta confederación del mal está desplegada contra todos aquellos que quisieren vencer; pero Cristo quiere que miremos las cosas que no se ven, los ejércitos del cielo acampados en derredor de los que aman a Dios, para librarlos. De qué peligros, vistos o no vistos, hayamos sido salvados por la intervención de los ángeles, no lo sabremos nunca hasta que a la luz de la eternidad veamos las providencias de Dios".

"Cuando con fe echemos mano de su fuerza, él cambiará asombrosamente la perspectiva más desesperada y desalentadora. Lo hará para gloria de su nombre".

"Deberíamos aprender ahora a conocer a Dios, poniendo a prueba sus promesas. Los ángeles toman nota de cada oración ferviente y sincera. Sería mejor sacrificar nuestros propios gustos antes que descuidar la comunión con Dios. La mayor pobreza y la más absoluta abnegación, con la aprobación divina, valen más que las riquezas, los honores, las comodidades y amistades sin ella".

"A medida que entramos por Jesús en el descanso, empezamos aquí a disfrutar del cielo. Respondemos a su invitación: Venid, aprended de mí, y al venir así comenzamos la vida eterna. El cielo consiste en acercarse incesantemente a Dios por Cristo. Cuanto más tiempo estemos en el cielo de la felicidad, tanto más de la gloria se abrirá ante nosotros; y cuanto más conozcamos a Dios, tanto más intensa será nuestra felicidad. A medida que andamos con Jesús en esta vida, podemos estar llenos de su amor, satisfechos con su presencia. Podemos recibir aquí todo lo que la naturaleza humana puede soportar".

"El poder omnipotente del Espíritu Santo es la defensa de toda alma contrita. Cristo no permitirá que pase bajo el dominio del enemigo quien haya pedido su protección con fe y arrepentimiento. Es verdad que Satanás es un ser fuerte; pero, gracias a Dios, tenemos un Salvador poderoso que arrojó del cielo al maligno. Satanás se goza cuando engrandecemos su poder. ¿Por qué no hablamos de Jesús? ¿Por qué no magnificamos su poder y su amor?".

"Sería bueno que cada día dedicásemos una hora de reflexión a la contemplación de la vida de Cristo. Deberíamos tomarla punto por punto, y dejar que la imaginación se posesione de cada escena, especialmente de las finales. Y mientras nos espaciamos así en su gran sacrificio por nosotros, nuestra confianza en él será constante, se reavivará nuestro amor, y quedaremos más imbuidos de su Espíritu".

"Debemos oírle individualmente hablarnos al corazón. Cuando todas las demás voces quedan acalladas, y en la quietud esperamos delante de él, el silencio del alma hace más distinta la voz de Dios".

"Sus ángeles están comisionados para velar por nosotros, y si nos sometemos a su custodia, entonces en cada ocasión de peligro estarán a nuestra diestra. Cuando inconscientemente estamos en peligro de ejercer una mala influencia, los ángeles estarán a nuestro lado, induciéndonos a un mejor proceder, escogiendo las palabras por nosotros, e influyendo en nuestras acciones".

"Apartándose de los ambiciosos y engreídos favoritos de este mundo, declaró que serían bendecidos los que, aunque fuera grande su necesidad, recibiesen su luz y su amor. Tendió sus brazos a los pobres en espíritu, afligidos, perseguidos, diciendo: ‘Venid a mí... y yo os haré descansar’. Mateo 11:28.

"En cada ser humano percibía posibilidades infinitas. Veía a los hombres según podrían ser transfigurados por su gracia, en "la luz de Jehová nuestro Dios". Al mirarlos con esperanza, inspiraba esperanza. Al saludarlos con confianza, inspiraba confianza. Al revelar en sí mismo el verdadero ideal del hombre, despertaba el deseo y la fe de obtenerlo. En su presencia, las almas despreciadas y caídas se percataban de que aún eran seres humanos, y anhelaban demostrar que eran dignas de su consideración. En más de un corazón que parecía muerto a todas las cosas santas, se despertaron nuevos impulsos. A más de un desesperado se presentó la posibilidad de una nueva vida.

Cristo ligaba a los hombres a su corazón con lazos de amor y devoción, y con los mismos lazos los ligaba a sus semejantes. Con él, el amor era vida y la vida servicio. ‘De gracia recibisteis — dijo —

dad de gracia’".

"El ideal de Dios para sus hijos es más elevado de lo que puede alcanzar el más sublime pensamiento humano. ‘Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto’. Esta orden es una promesa. El plan de redención contempla nuestro completo rescate del poder de Satanás. Cristo separa siempre del pecado al alma contrita. Vino para destruir las obras del diablo, y ha hecho provisión para que el Espíritu Santo sea impartido a toda alma arrepentida, para guardarla de pecar".

"Cuando el alma se entrega a Cristo, un nuevo poder se posesiona del nuevo corazón. Se realiza un cambio que ningún hombre puede realizar por su cuenta. Es una obra sobrenatural, que introduce un elemento sobrenatural en la naturaleza humana. El alma que se entrega a Cristo, llega a ser una fortaleza suya, que él sostiene en un mundo en rebelión, y no quiere que otra autoridad sea conocida en ella sino la suya. Un alma así guardada en posesión por los agentes celestiales es inexpugnable para los asaltos de Satanás. Pero a menos que nos entreguemos al dominio de Cristo, seremos dominados por el maligno. Debemos estar inevitablemente bajo el dominio del uno o del otro de los dos grandes poderes que están contendiendo por la supremacía del mundo. No es necesario que elijamos deliberadamente el servicio del reino de las tinieblas para pasar bajo su dominio. Basta que descuidemos de aliarnos con el reino de la luz".

"En la Biblia se revela la voluntad de Dios. Las verdades de la Palabra de Dios son la expresión del Altísimo. El que convierte esas verdades en parte de su vida llega a ser en todo sentido una nueva criatura. No recibe nuevas facultades mentales; en cambio, desaparecen las tinieblas que debido a la ignorancia y el pecado entenebrecían su entendimiento. ‘Te daré un corazón nuevo’ quiere decir: ‘Te daré una mente nueva’. Al cambio de corazón acompaña siempre una clara convicción del deber cristiano, y la comprensión de la verdad. El que con oración da atención estricta a las Escrituras tendrá conceptos claros y juicios sanos, como si al volverse hacia Dios hubiera alcanzado un plano superior de inteligencia.

"La Biblia contiene los principios que cimentan la verdadera grandeza, la verdadera prosperidad, se trate del individuo o del país. La nación que permite la libre circulación de las Escrituras brinda oportunidades para que la mente de la gente se desarrolle y amplíe. La lectura de las Escrituras hace brillar la luz en medio de las tinieblas. Cuando se escudriña la Palabra de Dios, se encuentran verdades vivificadoras. En la vida de aquellos que siguen sus enseñanzas habrá una corriente invisible de felicidad que beneficiará a todos aquellos con quienes lleguen a relacionarse.

"Millares de personas han sacado agua de esas cisternas de vida, sin embargo el caudal no ha disminuido. Millares han tomado al Señor como ejemplo, y al contemplarlo han sido transformados a su imagen. Su espíritu arde en su interior cuando hablan de su carácter y revelan lo que Cristo hizo por ellos y cuánto significan para él... Miles más pueden entregarse a la tarea de escudriñar los misterios de la salvación... Cada nueva búsqueda revelará algo de más profundo interés que lo que hasta entonces se había descubierto".

"Pero la fe no va en ningún sentido unida a la presunción. Sólo el que tenga verdadera fe se halla seguro contra la presunción. Porque la presunción es la falsificación satánica de la fe. La fe se aferra a las promesas de Dios, y produce la obediencia. La presunción también se aferra a las promesas, pero las usa como Satanás, para disculpar la transgresión".

"El alma que se ha entregado a Cristo es más preciosa a sus ojos que el mundo entero. El Salvador habría pasado por la agonía del Calvario para que uno solo pudiera salvarse en su reino".

"Cristo es el gran centro, la fuente de toda fuerza. Sus discípulos han de recibir de él sus provisiones. Los más inteligentes, los mejor dispuestos espiritualmente, pueden otorgar a otros solamente lo que reciben. De sí mismos, no pueden suplir en nada las necesidades del alma. Podemos impartir únicamente lo que recibimos de Cristo; y podemos recibir únicamente a medida que impartimos a otros. A medida que continuamos impartiendo, continuamos recibiendo; y cuanto más impartamos, tanto más recibiremos. Así podemos constantemente creer, confiar, recibir e impartir… Los medios de los cuales disponemos no parecerán tal vez suficientes para la obra; pero si queremos avanzar con fe, creyendo en el poder de Dios que basta para todo, se nos presentarán abundantes recursos. Si la obra es de Dios, él mismo proveerá los medios para realizarla… Si vamos a la Fuente de toda fuerza, con las manos de nuestra fe extendidas para recibir, seremos sostenidos en nuestra obra, aun en las circunstancias más desfavorables, y podremos dar a otros el pan de vida".

"Toda verdadera obediencia proviene del corazón. La de Cristo procedía del corazón. Y si nosotros consentimos, se identificará de tal manera con nuestros pensamientos y fines, amoldará de tal manera nuestro corazón y mente en conformidad con su, voluntad, que cuando le obedezcamos estaremos tan sólo ejecutando nuestros propios impulsos. La voluntad, refinada y santificada, hallará su más alto deleite en servirle. Cuando conozcamos a Dios como es nuestro privilegio conocerle, nuestra vida será una vida de continua obediencia. Si apreciamos el carácter de Cristo y tenemos comunión con Dios, el pecado llegará a sernos odioso.

Así como Cristo vivió la ley en la humanidad, podemos vivirla nosotros si tan sólo nos asimos del Fuerte para obtener fortaleza. Pero no hemos de colocar la responsabilidad de nuestro deber en otros, y esperar que ellos nos digan lo que debemos hacer. No podemos depender de la humanidad para obtener consejos. El Señor nos enseñará nuestro deber tan voluntariamente como a alguna otra persona. Si acudimos a él con fe, nos dirá sus misterios a nosotros personalmente. Nuestro corazón arderá con frecuencia en nosotros mismos cuando él se ponga en comunión con nosotros como lo hizo con Enoc. Los que decidan no hacer, en ningún ramo, algo que desagrade a Dios, sabrán, después de presentarle su caso, exactamente qué conducta seguir".

"Cuando nos percatamos de nuestra debilidad, aprendemos a no depender de un poder inherente. Nada puede posesionarse tan fuertemente del corazón como el sentimiento permanente de nuestra responsabilidad ante Dios. Nada alcanza tan plenamente a los motivos más profundos de la conducta como la sensación del amor perdonador de Cristo. Debemos ponernos en comunión con Dios; entonces seremos dotados de su Espíritu Santo, el cual nos capacita para relacionarnos con nuestros semejantes. Por lo tanto, gozaos de que mediante Cristo habéis sido puestos en comunión con Dios, como miembros de la familia celestial".

 

Pasajes Hermosos de Ellen G. White

"Si os habéis entregado a Dios, para hacer su obra — dice Jesús— no os preocupéis por el día de mañana. Aquel a quien servís percibe el fin desde el principio. Lo que sucederá mañana, aunque esté oculto a vuestros ojos, es claro para el ojo del Omnipotente.

"Cuando nosotros mismos nos encargamos de manejar las cosas que nos conciernen, confiando en nuestra propia sabiduría para salir airosos, asumimos una carga que él no nos ha dado, y tratamos de llevarla sin su ayuda. Nos imponemos la responsabilidad que pertenece a Dios y así nos colocamos en su lugar. Con razón podemos entonces sentir ansiedad y esperar peligros y pérdidas, que seguramente nos sobrevendrán. Cuando creamos realmente que Dios nos ama y quiere ayudarnos, dejaremos de acongojarnos por el futuro. Confiaremos en Dios así como un niño confía en un padre amante. Entonces desaparecerán todos nuestros tormentos y dificultades; porque nuestra voluntad quedará absorbida por la voluntad de Dios.

"Cristo no nos ha prometido ayuda para llevar hoy las cargas de mañana. Ha dicho: ‘Bástate mi gracia’; pero su gracia se da diariamente, así como el maná en el desierto, para la necesidad cotidiana. Como los millares de Israel en su peregrinación, podemos hallar el pan celestial para la necesidad del día.

"Solamente un día es nuestro, y en él hemos de vivir para Dios. Por ese solo día, mediante el servicio consagrado, hemos, de confiar en la mano de Cristo todos nuestros planes y propósitos, depositando en él todas las cuitas, porque él cuida de nosotros. ‘Yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis’. ‘En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza’. Jeremías 29:11; Isaías 30:15.

"Si buscamos a Dios y nos convertimos cada día; si voluntariamente escogemos ser libres y felices en Dios; si con alegría en el corazón respondemos a su llamamiento y llevamos el yugo de Cristo que es yugo de obediencia y de servicio, todas nuestras murmuraciones serán acalladas, todas las dificultades se alejarán, y quedarán resueltos todos los problemas complejos que ahora nos acongojan".

"El apóstol quiere que nuestra atención se aparte de nosotros mismos y se enfoque en el Autor de nuestra salvación. Nos presenta las dos naturalezas de Cristo: la divina y la humana. Esta es la descripción de la divina: "El cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse". El era ‘el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia’.

"Ahora [de la naturaleza] humana: "Hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte". Voluntariamente tomó la naturaleza humana. Fue un acto suyo y por su propio consentimiento. Revistió su divinidad con humanidad. El había sido siempre como Dios, pero no apareció como Dios. Veló las manifestaciones de la Deidad que habían producido el homenaje y originado la admiración del universo de Dios. Fue Dios mientras estuvo en la tierra, pero se despojó de la forma de Dios y en su lugar tomó la forma y la figura de un hombre. Anduvo en la tierra como un hombre. Por causa de nosotros se hizo pobre, para que por su pobreza pudiéramos ser enriquecidos. Puso a un lado su gloria y su majestad. Era Dios, pero por un tiempo se despojó de las glorias de la forma de Dios. Aunque anduvo como pobre entre los hombres, repartiendo sus bendiciones por dondequiera que iba, a su orden legiones de ángeles habrían rodeado a su Redentor y le hubieran rendido homenaje. Pero anduvo por la tierra sin ser reconocido, sin ser confesado por sus criaturas, salvo pocas excepciones. La atmósfera estaba contaminada con pecados y maldiciones en lugar de himnos de alabanza. La parte de Cristo fue pobreza y humillación. Mientras iba de un lado a otro cumpliendo su misión de misericordia para aliviar a los enfermos, para reanimar a los deprimidos, apenas si una voz solitaria lo llamó bendito, y los más encumbrados de la nación lo pasaron por alto con desprecio.

"Esto contrasta con las riquezas de gloria, con el caudal de alabanza que fluye de lenguas inmortales, con los millones de preciosas voces del universo de Dios en himnos de adoración. Pero Cristo se humilló a sí mismo, y tomó sobre sí la mortalidad. Como miembro de la familia humana, era mortal; pero como Dios era la fuente de vida para el mundo. En su persona divina podría haber resistido siempre los ataques de la muerte y haberse negado a ponerse bajo el dominio de ella. Sin embargo, voluntariamente entregó su vida para poder dar vida y sacar a la luz la inmortalidad. Llevó los pecados del mundo y sufrió el castigo que se acumuló como una montaña sobre su alma divina. Entregó su vida como sacrificio para que el hombre no muriera eternamente. No murió porque estuviese obligado a morir, sino por su propio libre albedrío. Esto era humildad. Todo el tesoro del cielo fue derramado en una dádiva para salvar al hombre caído. Cristo reunió en su naturaleza humana todas las energías vitalizantes que los seres humanos necesitan y deben recibir.

"¡Admirable combinación de hombre y Dios! Cristo podría haber ayudado su naturaleza humana para que resistiera a las incursiones de la enfermedad, derramando en su naturaleza humana vitalidad y perdurable vigor de su naturaleza divina. Pero se rebajó hasta [el nivel de] la naturaleza humana. Lo hizo para que se pudieran cumplir las Escrituras; y el Hijo de Dios se amoldó a ese plan aunque conocía todos los pasos que había en su humillación, los cuales debía descender para expiar los pecados de un mundo que, condenado, gemía. ¡Qué humildad fue esta! Maravilló a los ángeles. ¡La lengua humana nunca podrá describirla; la imaginación no puede comprenderla! ¡El Verbo eterno consintió en hacerse carne! ¡Dios se hizo hombre! ¡Fue una humildad maravillosa!"

"Pero aún descendió más. El hombre [Jesús] debía humillarse como un hombre que soporta insultos, reproches, vergonzosas acusaciones y ultrajes. Parecía no haber lugar para él en su propio territorio. Tuvo que huir de un lugar a otro para salvar su vida. Fue traicionado por uno de sus discípulos; fue negado por uno de sus más celosos seguidores; se mofaron de él. Fue coronado con una corona de espinas; fue azotado; fue obligado a llevar la carga de la cruz. No era insensible a este desprecio y a esta ignominia. Se sometió, pero ¡ay! sintió la amargura como ningún otro ser podía sentirla. Era puro, santo e incontaminado, ¡y sin embargo fue procesado criminalmente como un delincuente! El adorable Redentor descendió desde la más elevada exaltación. Paso a paso se humilló hasta la muerte, ¡pero qué muerte! Era la más vergonzosa, la más cruel: la muerte en la cruz como un malhechor. No murió como un héroe ante los ojos del mundo, lleno de honores como los que mueren en la batalla. ¡Murió como un criminal condenado, suspendido entre los cielos y la tierra; murió tras una lenta agonía de vergüenza, expuesto a los vituperios y afrentas de una multitud relajada, envilecida y cargada de crímenes! ‘Todos los que me ven me escarnecen; estiran la boca, menean la cabeza’. (Salmo 22:7). Fue contado entre los transgresores. Expiró en medio de burlas, y renegaron de él sus parientes según la carne. Su madre contempló su humillación, y se vio forzado a ver la espada que atravesaba el corazón de ella. Soportó la cruz menospreciando la vergüenza. Pero lo tuvo en poco pues pensaba en los resultados que buscaba no sólo en favor de los habitantes de este pequeño mundo, sino de todo el universo, de cada mundo que Dios había creado.

"Cristo tenía que morir como sustituto del hombre. El hombre era un criminal condenado a muerte por la transgresión de la ley de Dios, un traidor, un rebelde. Por lo tanto, el Sustituto del hombre debía morir como un malhechor, porque Cristo estuvo en el lugar de los traidores, con todos los pecados acumulados por ellos sobre su alma divina. No era suficiente que Jesús muriera para satisfacer completamente las demandas de la ley quebrantada, sino que murió una muerte oprobioso. El profeta presenta al mundo las palabras de Cristo: ‘No escondí mi rostro de injurias y esputos’.

"Teniendo en cuenta todo esto, ¿pueden albergar los hombres una partícula de exaltación propia? Mientras reconstruyen la vida, los sufrimientos y la humillación de Cristo, ¿pueden levantar la orgullosa cabeza como si no tuvieran que soportar pruebas, vergüenza o humillación? Digo a los seguidores de Cristo: mirad el Calvario y sonrojaos de vergüenza por vuestras ideas arrogantes. Toda esta humillación de la Majestad del cielo fue por causa del hombre culpable y condenado. Cristo descendió más y más en su humillación, hasta que no hubo profundidades más hondas donde pudiera llegar para elevar al hombre sacándolo de su contaminación moral. Todo esto fue por vosotros que lucháis por la supremacía, por el orgullo, por el ensalzamiento humano; que teméis no recibir toda esa deferencia, ese respeto del concepto de los humanos, que pensáis que os corresponde. ¿Es esto parecerse a Cristo?

"‘Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús’. Murió en expiación y para convertirse en modelo de todo el que desee ser su discípulo. ¿Albergaréis egoísmo en vuestro corazón? ¿Y ensalzarán vuestros méritos los que no tienen delante de ellos a Jesús como modelo? No tenéis mérito alguno, salvo los que recibáis mediante Jesucristo. ¿Albergaréis orgullo después de haber contemplado a la Deidad que se humillaba, y que después se rebajó como hombre hasta que no hubo nada más bajo a lo cual pudiera descender? ‘Espantaos, cielos’, y asombraos, vosotros habitantes de la tierra, ¡porque así se recompensará a nuestro Señor! ¡Qué desprecio! ¡Qué maldad! ¡Qué formalismo! ¡Qué orgullo! ¡Qué esfuerzos hechos para ensalzar al hombre y glorificar al yo, cuando el Señor de la gloria se humilló a sí mismo, y por nosotros agonizó y murió una muerte oprobiosa en la cruz!".

FIN

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